El ajo está considerado como uno de los vegetales más curativos que existen. Es un remedio natural con un montón de propiedades medicinales totalmente demostradas que se le han asignado desde sus orígenes en Asía. Como curiosidad os contaré que ya los egipcios lo conocían y que además se lo daban a comer a los esclavos para que tuviesen la energía suficiente para construir las pirámides. Se aconseja sobre todo comerlo crudo, al cocerlo pierde más del 90% de su eficacia. Y es barato y sencillo de comprar, ¿quién no tiene una cabeza de ajos en casa?
* Reduce el Colesterol
Es capaz de bajar la hipercolesterolemia y de esta manera reducir el colesterol. Su principio activo conocido como alicina es el encargado de disminuir el colesterol malo o LDL, rebajando los triglicéridos y aumentando a su vez el colesterol bueno o HDL.
* Aporta Energía
Tomar diariamente unos cuantos ajos fritos ayuda a que nuestro organismo se mantenga fuerte, alejado de enfriamientos y de los posibles virus invernales. Toda una inyección de vitaminas.
* Actúa como Antibiótico
Es capaz de matar los gérmenes y eliminar los síntomas de infecciones de manera natural. Si no te atreves a masticar un diente de ajo diario puedes tomar dos o tres cápsulas de ajo al día, serán suficientes hasta reducir el problema.
* Mejora los Huesos
Es un gran aliado para mejorar todas las molestias de origen reumático. Elimina los residuos tóxicos de las articulaciones y aumenta los beneficios de la microcirculación, consiguiéndose así un aumento de nutrientes y minerales para los huesos y las articulaciones.
* Pies sin durezas
Con la simple ayuda de un ajo se pueden eliminar las durezas de los pies. Un diente de ajo pelado y cortado se puede utilizar para frotar la planta del pie. Otra posibilidad es colocar una rodaja sobre la dureza y tapar con una tirita, dejar que actúe durante un día entero y comprobar después sus beneficios.
Consulta siempre al médico antes de seguir cualquiera de estos consejos por si en tu caso no fuese conveniente.