Hay libros que tienen la capacidad de divertir a la vez que enseñar y este es precisamente uno de ellos. Se trata de una de esas especiales historias que entretienen y cumplen una función didáctica. «Konrad o el niño que salió de una lata de conservas» está recomendado para niños y jóvenes a partir de 10 años, ya que su calidad nos permite diversas lecturas en edades diversas.
“Aquello acurrucado dentro de la lata de conservas, dijo:
– Buenos días, querida madre- e hizo un cariñoso gesto de saludo con la cabeza.”
La señora Bartolotti, extravagante hasta ser genial, soñadora y amante de los productos de teletienda, no puede creerse que la lata de conservas que le ha llegado a casa no sea un suculento “corned beef”, sino un niño, y encima, un niño perfecto, educado a la carta.
Esta novela propia de la literatura infantil y juvenil rompe con muchos de los clichés que tradicionalmente relacionamos con este tipo de libros. Primero, destaca por su calidad literaria, fue merecedora de varios premios internacionales literarios; segundo, es realmente divertida, no sólo para niños sino para todo tipos de lectores con unos personajes nada planos, cargados de matices y contradicciones; y tercero, el conflicto que subyace en el libro estriba en una cuestión que tanto padres como profesores nos planteamos constantemente, los límites educativos.
La señora Bartolotti, personaje que parece sacado de “Amelie”, es una madre recién estrenada que no cumple horarios, da de comer a su nuevo hijo lo que se le ocurre, prefiere improvisar, en numerosas ocasiones no sabe que responder ante cuestiones que se le plantea mostrando sus dudas e, incluso, aprende y mejora con las recomendaciones que Konrad le hace. En cambio, su amigo, el farmacéutico Egon, hombre de ciencias, es estricto, confiado, todo se regula y nada surge, prefiere la seguridad de los horarios y de lo correcto. Entre ambos, Konrad se debatirá para ir descubriendo que la realidad es mucho más compleja de lo que le han enseñado, que los sentimientos forman parte de la naturaleza humana, que la amistad es maravillosa y que, una pequeña mentira, en ocasiones, puede llegar a ser más recomendable que la sinceridad.
Christine Nöstlinger, autora alemana de enorme prestigio internacional, utiliza el humor para criticar situaciones hipócritas en nuestras sociedades. Konrad, en su perfección -perfección que consiste en todo lo que pensamos los adultos que es lo correcto-, nos lleva hasta situaciones absurdas que hace cuestionarnos nuestra lógica aparentemente inquebrantable de lo adecuado, chocando con la verdadera realidad y provocando situaciones anómalas cargadas de ironía e imaginación.
Al final, que no desvelaremos, todos tendrán que urdir un plan para conseguir que Konrad permanezca en su nueva realidad, que aunque no es perfecta es la que le hace feliz.
Este libro está recomendado a niños, jóvenes y adultos, para reírnos, aprender cosas y cuestionarnos muchas dudas.
Por Jacobo Suárez Matallana