Se la conoce también como la ciudad del arte, situada junto a las fronteras de Alemania y Bélgica, a orillas del río Mosa, en el sur de Holanda con algo más de 120.000 habitantes y donde se respira juventud, quizá por sus importantes universidades.
Maastricht es una ciudad de origen romano y una larga historia, al mismo tiempo que conserva aires de aquella época es también muy cosmopolita.
Maastricht es celebre sobre todo por la firma del tratado que lleva su nombre, con el que se dio nacimiento a la Unión Europea.
Posee su propio aeropuerto el Maastricht Aachen Airport. Puedes llegar también en tren desde Amsterdan, en sólo 2 horas y 28 minutos, además salen trenes cada 30 minutos.
Curiosamente es una ciudad que sin poseer grandes monumentos, tiene un encanto extraordinario. Su centro más popular es Vrijthof, la plaza del gran mercado. Este podría ser el punto de partida para dar un primer paseo, situarse entre la plaza y la iglesia de San Gervasio (Servacio). Este templo es la única iglesia de Holanda construida sobre la tumba de un santo, quizá por eso se ha convertido en todo un símbolo para el pueblo. Conviene destacar su campana colgada de una torre, conocida como “Grameer” (abuela), pesa 7.716 kilos y es la más grande del país.
Un poco más adelante se sitúa la iglesia de San Juan, que se comenzó a construir en el siglo XIV y se terminó en el XV, con un ábside y una torre de 70 metros de altura, con base cuadrada. Es de culto protestante y lo que más llama la atención es su exterior con su torre gótica y su color rojo.
Tampoco hay que perderse la Basílica de Nuestra Señora Onze Lieve Vrouwekerk, su templo más antiguo, hecho en el siglo IV, fue catedral de la ciudad. Lo más importante son sus criptas, su claustro y la conservación de objetos litúrgicos y relicarios medievales que merece la pena de ver.
Stadhuis, su ayuntamiento que está en la gran plaza Markt y que fue construido en 1659 por Pieter Post. Es un edificio cuadrado con una bonita fachada y rematado por un carillón.
Valkenburg, un pequeño municipio que lleva siendo toda una atracción turística desde hace años. Se visitan las minas y las cuevas, pero su castillo también es muy interesante y no debes perdértelo.
Hay dos parques temáticos, el Familypark Valjenier y el Sprookjesbos ( significa «bosque encantado»)—, posee un teleférico y un tobogán por el que se puede bajar en una especie de trineo, cuevas de marga subterráneas y museos, las ruinas de un castillo situadas a más altitud de Holanda, balnearios, un casino, rutas en bici tanto subterráneas (por las minas).
Rodeando a gran parte de la ciudad se conservan algunos trozos de sus antiguas murallas, rodeadas de frondosos árboles.
Maastricht, ha sido protagonista también de la literatura. Nuestro Lope de Vega, escribió “El asalto de Mastrique”.
LA RUTA DE SUS MUSEOS:
– Bonnefanten, (el museo de los niños buenos), situado a un lado del río Mosa, posee una excelente colección de arqueología con piezas medievales y pinturas de gran interés, sobre todo del siglo XIV al XVI.
– De Historia Natural, su edificio es un convento del siglo XVII, con importantes objetos de geología, fósiles y flora de toda la zona de Limburgo.
– Spaans Gouvernement, antigua residencia de los Duques de Brabante, del siglo XVI, donde estuvo Felipe II, con un sinfín de pinturas y porcelanas de gran interés.
– Museumkelder Derlon, en los sótanos del hotel que lleva el mismo nombre, en su interior se pueden contemplar restos de un templo romano.
DE COMPRAS:
Es una estupenda ciudad para ir de compras, con una amplia zona comercial de gran atractivo Stokstraat, rodeado de edificios de construcción tradicional. Pero también hay otras zonas comerciales como Grote Straat, con tiendas, cafés, bancos, todo lo que puedas necesitar y en pleno centro de Maastricht.
Hay muchas tiendas especializadas en dulces de miel y pastel de manzana. Tampoco pueden faltar su gran variedad de cervezas y un peculiar aguardiente de hierbas de la zona.
Por supuesto también puedes ir de mercadillo, los miércoles y viernes en la plaza del ayuntamiento, no hay pérdida.
Y si te gustan las antigüedades no puedes dejar de pasar por el barrio de Jerkerkwartier, donde están casi todos los anticuarios y los estudios de arte actuales, además algunos estupendos restaurantes.
Desde que llega la primavera y hasta el otoño se pueden hacer excursiones en barco por el río, también son muy populares sus alquileres de bicicletas que encontrarás por toda la ciudad.
PEQUEÑAS EXCURSIONES:
Pueblo blanco de Thorn, un pequeño principado gobernado por una abadesa y un convento de veinte damas todas ellas nobles. En la actualidad se trata de un lugar histórico que atrae a muchos turistas que no quieren perderse sus calles adoquinadas de Thorn, con sus casas blancas y su iglesia de la abadía.
Las Cuevas de San Pedro, que con el paso del tiempo ha ido creando más de 20.000 túneles. Con minas y cuevas que se pueden visitar cuando vayas. La temperatura en su interior es de unos 9 grados, recuerda llevar un jersey si no quieres pasar mucho frío durante su más de una hora de visita.
La Fortaleza de San Pedro, con pasillos subterráneos, pozos secretos, orificios de bala, su foso. Se construyó entre 1701-1702 como lugar estratégico.
Imágenes de la OFICINA DE TURISMO DE HOLANDA
Por Maite Matallana