Es un pescado muy sabroso y sobre todo en verano resultan riquísimas asadas para comer o cenar cerca de la playa por ejemplo, pero si no es posible, no hay motiva para no prepararla en casa. Sin embargo el problema es su fuerte olor a la hora de asarlas en nuestra cocina. Lo primero que hay que hacer es limpiarlas bien bajo el gripo y después salarlas. Mójalas después en un poco de leche y espolvoréalas con harina, después ya estarán preparadas para freír sin soltar su fuerte aroma por todos los rincones de tu casa, disfrútalas ya no tienes que privarte de ellas en tu hogar.