No hay nada que despierte más ternura que una mujer embarazada o un recién nacido. Cuando una hermana, una amiga, una compañera de trabajo… anuncia que está esperando un bebé, se nos despiertan los instintos más protectores y tratamos de mimarlas más que de costumbre. En ese momento más que nunca nos apetece regalarles algo para felicitarles por su próxima maternidad y, por supuesto, recibir con mucha ilusión al bebé que viene en camino. Una idea original, útil y práctica de celebrar la buena nueva es regalar “cajitas sorpresa” que contengan en su interior cosméticos para la mamá y su bebé, accesorios para el chiquitín, peluches, marcos de fotos infantiles… De todo un poco. Abrir estos “cofres del tesoro” puede convertirse en una tarea ser tremendamente emocionante.
Tentaciones de mujer te propone dos opciones ideales para regalar cuando un bebé vaya a venir al mundo. Las futuras mamis lo agradecerán:
• PETITBOX: Los creadores de GlossyBox han lanzado un cofre-nursery para embarazadas y sus bebés. Se trata de un servicio online concebido para cuidar primero a las madres y a ambos después. Se ofrece asesoramiento, recomendaciones, trucos, newsletters y editoriales adaptados al momento concreto en que se encuentran (embarazo o maternidad), cuidados específicos, tratamientos adecuados para cada etapa concreta del embarazo o la maternidad y muchas otras sorpresas…
Es un cofre-nursery repleto de sorpresas que llegará todos los meses a casa de las madres y sus bebés por solo 24,95 €
• NONABOX: Al igual que la firma anterior, Nonabox cuida a las mamás durante su embarazo y les ofrecen todo lo que necesitan el primer año de vida de su bebé.
Suscribiéndose a su servicio, las consumidoras recibirán mensualmente una selección de productos adecuados para cada etapa. Como es lógico, la selección de productos es diferente cada mes y siempre se va adecuando a la edad del bebé o a la etapa del embarazo en la que se encuentre la futura mami.
Las suscriptoras pagan 25 € al mes por recibir esta cajita llena de sorpresas para ellas y sus retoños.
Por Esther Valero