Cuántas veces hemos pensado qué almohada nos conviene más, una alta o una baja, que sea más dura o más blanda. En este artículo vamos a intentar resolver algunos de estos interrogantes que nos surgen.
Por regla general es mejor tener una almohada que sea más baja que alta, aunque aquí también pueden influir las costumbres o manías de cada uno. Para proteger las cervicales hay que usar una almohada de tamaño medio; es decir, ni muy fina ni muy gruesa, que mantenga el cuello en el eje de la columna.
Si sufrimos de lumbalgia o ciática podemos ponernos un cojín o almohada bajo las rodillas para disminuir la tensión bajo las vértebras lumbares. Ésta es la posición aconsejada también para las mujeres embarazadas, sobre todo durante los últimos meses de embarazo.
Si nuestro problema es que tenemos las piernas o pies hinchados o varicosos, podemos colocar una almohada bajo los pies y así facilitar el retorno venoso. En caso de sufrir de artrosis cervical dormiremos con una almohada enrollada o cervical, y si tenemos algún problema respiratorio utilizaremos una almohada más alta de lo normal. Por último, recomendar que si padecemos de acidez es mejor no dormir boca arriba, y la almohada a elegir que sea más gruesa.
Para los ronquidos qué es mejor: ¿Dormir con almohada o sin almohada?
Según las últimas investigaciones, las almohadas normalmente aumentan el problema de los ronquidos. Lo mejor es dormir sin almohada para que el cuello no esté doblado, favoreciendo la postura y la circulación libre del aire.
Javier Badillos
Jefe de Rehabilitación y Fisioterapia de Clínica Nafarroa (Tel. +34 944 385 022) y Clínica Indautxu (Tel. +34 470 28 29)