El ejercicio físico es sinónimo de salud, siempre que se realice bajo las pautas adecuadas. En este sentido, los gimnasios son una buena forma de ejercitar el organismo. Pero al respecto, debemos advertir de que cualquier actividad en un centro deportivo debe hacerse con cuidado, ya que si se omiten los controles sobre el peso a trabajar, el número de repeticiones de cada movimiento o el gesto adecuado para realizarlos, pueden aparecer lesiones como sobrecargas, roturas fibrilares, tendinitis, esguinces o, en casos extremos, la rotura de huesos o músculos.
Al contrario de lo que ocurre con las afecciones musculares, las lesiones tendinosas se producen por el sobreuso de ciertas estructuras orgánicas, con la repetición excesiva de determinados ejercicios un número excesivo de veces. Pueden aparecer pese a que la carga con la que se entrena no sea considerada como alta. Al principio, puede dar la impresión de que no tendría que causar problema alguno y, sin embargo, con el tiempo, la repetición de una tabla concreta llega a producir molestias en el cuerpo.
Para evitar estas lesiones en el gimnasio, se recomienda controlar los pesos con los que se trabaja, los gestos técnicos necesarios en la realización de una determinada tabla de ejercicios y el número de repeticiones que se hace en cada uno de ellos. Siempre deberán ser los adecuados a cada persona, ni más ni menos, por lo que el deportista que acude a los gimnasios debe hacer gala de su sentido común. El tipo de actividad ideal que podrá desempeñar con normalidad y en busca de un beneficio para su salud será aquel que venga determinado por los parámetros vitales del individuo, como su estado de forma, edad, sexo o el trabajo que desempeña habitualmente.
Bajo estas consideraciones los médicos deportivos recomendamos realizar un chequeo previo a todas las personas que van a realizar una actividad física reiterada en un gimnasio. Estos controles se basan en la realización de una prueba de esfuerzo o una entrevista con especialistas, más si el deportista pertenece a un grupo de riesgo.
Comentar también que el inicio de ejercicio físico en un gimnasio debe consistir en un trabajo progresivo y en escalas, que no debe producir molestias, como agujetas.
Pautas para un ejercicio sin riesgos
Los monitores de los gimnasios deben indicar una serie de pautas y recomendaciones para practicar ejercicio sin riesgos:
• Dejar pasar 24 horas entre actividades diferentes que requieran el uso de los mismos grupos musculares para ser efectuadas, período que habría que elevar a 72 horas si la lesión en el gimnasio ha sido especialmente intensa.
• No es conveniente aumentar de una semana a la siguiente más de un 10% en la intensidad ni en la duración de los ejercicios a efectuar en el gimnasio, al que habría que dedicarle sesiones de entre una hora y hora y media.
• No es aconsejable procurar el equilibrio en la ejecución de los ejercicios. Suele ocurrir que muchas articulaciones se ven afectadas cuando los músculos que realizan acciones opuestas presentan un desarrollo desigual. Por ejemplo, puede ocurrir con un bíceps muy desarrollado y un triceps débil, o al revés. Y ello puede derivar en tensiones que, a su vez, pueden degenerar en lesiones en tendones o desgarros musculares. Para evitar tal situación, habría que estirar el músculo que se trabaja y ejercitar el músculo que no interviene mucho en la actividad.
Aparte de todo lo dicho, antes de efectuar cualquier tipo de ejercicio en un gimnasio es necesario realizar un calentamiento previo. Prevendrá la aparición de lesiones. Debe consistir en un mínimo de 20 minutos para que la fibra muscular, los tendones, los ligamentos y la parte ósea se pongan a tono para afrontar la actividad deportiva. Dicha puesta a punto deberá ser más intenso para deportistas que se acerquen a los 40 años, ya que es una edad crítica en la aparición de lesiones de índole deportiva.
Javier Badillos
Jefe de Rehabilitación y Fisioterapia de Clínica Nafarroa (Tel. +34 944 385 022) y Clínica Indautxu (Tel. +34 470 28 29)