Que los españoles somos un pueblo ruidoso no es ningún secreto, pero que somos poco transigentes con los ruidos ajenos, especialmente con los que convivimos, puede sorprender a muchos. Según un estudio al 43% de los españoles consideran molestos los ruidos provocados por las personas con quien conviven frente al 4% que se consideran los más ruidosos.
Entre los ruidos más molestos se sitúan el volumen de la televisión, el sonido del teléfono, los procedentes de la cocina y el baño y por supuesto los ronquidos nocturnos. Y es que 3 de cada 10 españoles tienen problemas para quedarse dormidos por culpa de los ronquidos de su pareja de cama. Para acallar los ronquidos o directamente se despierta a la otra persona (el 32%) o se realizan los míticos chasquidos con la lengua (un 28 % del total), para finalmente acabar yéndose a dormir a otra parte (el 19%). Hay también quien recurre a la música o los tapones como solución momentánea, aunque lo que se cumple en un 100% es el reproche matutino.
Yo ronco ¿acaso soy menos mujer?
Normalmente se tiende a aceptar que los ronquidos son un problema de hombres que afecta a las mujeres (algunos dirán que es la contraprestación por la menstruación). Sin embargo un 25% de las mujeres adultas de nuestro país también roncan, porcentaje que aumenta cuando la menopausia entra en juego. Un artículo de El País hablaba del temor que muchas mujeres tienen a los ronquidos, como perdida de parte de su feminidad. Esto me recordó el anuncio británico que parodiaba el hecho de que, y perdonad mi falta de tacto, las “mujeres no cagan”. Personalmente considero esto una perogrullada, ni podemos ni debemos escandalizarnos ni avergonzarnos de que las mujeres ronquen o apesten el baño, eso no resta la feminidad de nadie ¡por favor!
Dejando de lado temas sensacionalistas como la perdida de la feminidad y demás es necesario observar el tema de los ronquidos desde la óptica de que evitarlos mejora nuestra calidad de vida física y social. Muchos reproches y noches en vela se evitarían si actuáramos contra esos ruidos con diferentes remedios.
Roncar nos hace parecer más feas
Esta es la curiosa conclusión a la que han llegado científicos americanos sobre las personas que roncan (tienen dificultad para respirar con normalidad). Según sus análisis estas personas tienen peor aspecto y resultan menos atractivos debido a que una mala oxigenación provoca hinchazón y rojez en la cara. La investigación se llevó a cabo mediante el visionado de imágenes por parte de terceras personas de roncadores y no roncadores concluyendo por una gran mayoría que las personas no roncadoras parecían más atractivas y alegres.
Otros resultados “curiosos” sobre el descanso correcto y la falta de ronquidos son el poder ver los colores tal y como en realidad son o aprender tareas anatómicamente complejas más fácilmente como jugar al “Guitar Hero” e incluso tener respuestas más creativas así como aumentar la memoria.
Sin embargo como decíamos la mejor consecuencia que tiene acabar con los ronquidos es acabar con los reproches y discusiones innecesarias y las noches en vela. Hecho que ya de por sí tienen suficiente peso para buscar la mejor manera de evitar de roncar nosotras mismas o nuestras parejas.
Texto Antonio Molina Cubero
Foto de Ambro (Freedigitalphotos)