Amador Mohedano entró en directo en “Sálvame diario” después de que su hija le pidiera que diese la cara en el programa “Abre los ojos”. En mi opinión Amador entró algo perjudicado, bueno… bastante perjudicado… Eso o algo le sentó mal… Habló de su exmujer refiréndose a ella en todo momento como “mi mujer” y admitió que seguía estando enamorado de ella, que ella es lo más importante de su vida… Se echó toda la culpa de lo sucedido en su matrimonio.
Yo me hago cruces… ¡Amador saltándose el guión! Pero… ¿Qué comió ese día?
Jorge Javier Vázquez le pregunto por qué había entrado en directo al programa y él contestó: “Ya está bien, ¿no hay nadie más?”, refiriéndose a los colaboradores de “Sálvame” que no han dejado de meterse con él día sí y día también. Claro, que de colaboradora también está su ex, esa que un día le dijo aquello de: “Ahora es mi momento”.
No sé ustedes, pero yo no entiendo nada…
Al otro lado del teléfono se escuchaba una voz que rogaba a Amador que dejara de hablar, pero él se negó rotundamente a seguir sus consejos en varias ocasiones. Lo más denigrante del asunto, en mi opinión, fue el lugar en el que Amador dejó a Marisa. Dio a entender que fue un clínex para él sin ninguna transcendencia.
Rosa, muy indignada, le recriminó que así no se habla de una mujer a la que él ha abierto la puerta de su casa.
Mi pensamiento va más allá y me pregunto… ¿Qué teme Rosa Benito de Marisa? A veces es mejor aliarse con el enemigo que empezar una guerra.
María de Mora