MENTIRA

Foto de portada: Photo © M.G.C.G
MAD Generation Consulting GROUP

Verás que todo es mentira, verás que nada es amor
que al mundo nada le importa yira, yira…
Aunque te quiebre la vida
aunque te muerda un dolor
no esperes nunca una mano
ni una ayuda ni un favor”

Así cantaba el gran Gardel, su famoso tango “Yira…”

¿Es cierto? ¿Todo es mentira? Estamos en un momento en el que la credibilidad es un bien escaso. Nos sentimos engañados permanentemente con la clase política, es tremendo el nivel que están tomando a la hora de cumplir con sus promesas en campaña, todo es una absoluta mentira cuando llegan al poder, en el caso actual ya es de Guiness… ¡Qué impotencia! ¡Qué desolación!… ¡Qué tremendo! Tampoco se siente uno muy contento con otros representantes que «representan» la «oposición» a los poderes oligárquicos y del Estado, como sindicatos, etc. etc. Tampoco son los que nos contaban… También nos han engañado.

Esta situación nos hace estar inseguros y con la sensación permanente de que estamos viviendo en una especie de nebulosa, donde la realidad supera a la ficción…Y pienso que todo esto también se extrapola al plano personal, creo que todo va unido…Cuando uno vive en un mundo donde prevalece la mentira, la gente ya actúa mimetizada por ello también en su vida privada, es decir, en sus relaciones, con sus amistades…Todo se contagia, pero lo negativo más. El reflejo del espejo donde mucha gente se mira, es la hipocresía, la deslealtad, en definitiva, el engaño. Es triste, pero es así, no sé cómo funcionan los mecanismos sociológicos al respecto, pero uno comprueba diariamente que todo va de la mano. Por supuesto que hablo en un plano muy general, pero esto está en el ambiente y se percibe y/o se vive. Nos influye de tal manera LA MENTIRA, no solo en el plano social, laboral, etc…que se convierte en la forma habitual de comportamiento hasta con uno mismo… De esto hay que ser consciente y no dejarse influir por el comportamiento de unos «espejos» que son los de la bruja mala de la peli… LA VERDAD ES LO ÚNICO QUE NOS HACE LIBRES.

 

Cristina López del Hierro