Acabamos de cambiar la hora en nuestros relojes, hemos avanzado una hora de luz y esto curiosamente nos produce unas pequeñas alteraciones sobre todo durante los primeros días, hasta que nuestro cuerpo se adapta al cambio. Según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), nos informa de que este pequeño trastorno de horario nos puede producir una serie de alteraciones neurohormonales.
¿En qué consisten estas alteraciones?
El principal problema es que el cerebro debe volver a adaptarse a las nuevas condiciones y esto tarda entre dos o cuatro días, pasado este tiempo el cuerpo se regula nuevamente. Las personas que padecen ansiedad, o problemas de depresión sufren más los cambios. El detonante principal es el tener durante unos cuantos días un trastorno de sueño, insomnio y ciertas dificultades para poder dormir.
El cambio de luz, producido por el cambio de horario, produce cansancio físico, irritabilidad y alteraciones de sueño, síntomas que se notan más en niños y en personas mayores, el motivo se debe a que sus cerebros podríamos decir que son “más sensibles”.
Uno de los consejos a seguir es intentar durante los primeros días mantener un horario regular en alimentación y en sueño. Evitar las siestas diurnas para tener más sueño por la noche. Y por supuesto intentar que nuestro organismo se vaya adaptando al cambio sin necesidad de fármacos, ni tan siquiera utilizar remedios naturales, tranquilidad y poco a poco nos iremos adaptando.