“Una semana nada más” es el nuevo proyecto de equipo que creo “Mi primera vez”, “Burundanga” y “La caja”. Es una comedia de Michel Clement protagonizada por María Castro, Mar del Hoyo, Antonio Hortelano y Jorge Monje, que cuenta la historia de Sofía y Pablo, que llevan cuatro meses viviendo juntos. Cuatro meses que han sido el cielo para ella y el infierno para él. Pablo quiere romper la relación, ya, hoy mismo, no puede esperar, no aguanta más. Un desamor repentino y urgente que no se atreve a afrontar, que no sabe cómo afrontar. Para eso necesita a Martín, su mejor amigo, al que encarga el poner punto final a su relación. Martín se resiste pero acaba cediendo al plan de su amigo. Se irá a vivir con ellos dos y con su presencia desestabilizará la convivencia poniendo al límite a Sofía. Este es el plan. Una semana. “Una semana, nada más”.
Pocas cosas más insoportables que un invitado non grato en nuestra casa, invadiendo nuestro espacio, nuestro tiempo, sin saber cuándo se va a ir. Es un buen plan, no puede fallar.
A lo largo de esa semana se verán en situaciones nuevas, inesperadas y sorprendentes que revelarán facetas de sus personalidades completamente desconocidas y ocultas. Después de tantos años de amor y amistad basta una semana para fulminar los límites de lo conocido.
Sofía, Pablo y Martín tienen treinta años según el DNI y quince según sus reacciones emocionales. La falta de compromiso, de valor, de sinceridad, son los ingredientes de esta comedia que se ríe sobre el arte de complicarse la vida con la mentira. Michel Clement, autor y actor, hace una crítica de la inmadurez de los treintañeros. Los conflictos dignos de la adolescencia son más ridículos y absurdos cuando se supone que uno ya ha encarrilado sus decisiones hacia una vida estable y adulta. Nada más lejos de la realidad de esta función. La falta de madurez de los personajes da juego a crear situaciones en las que, cuanto más grande es la mentira y peor lo pasan los personajes, más se divierte el espectador. Y las mentiras son muchas y muy grandes… Tan grandes que ni ellos mismos las distinguen.
Otro tema de la función es el sentimiento de culpa, una de las emociones más destructivas y desagradables que puede tener el ser humano. Todo el arranque de la situación parte de la imposibilidad de un personaje para afrontar este sentimiento. Ser el responsable de la ruptura de una pareja es un rol del que los hombres suelen huir aterrados, y si tienen treinta años y son inmaduros, mucho más. En la otra cara de la moneda está el sentimiento de ingenuidad, sentimiento que también se nos queda marcado al rojo vivo. Y así arranca la función: él culpable y ella ingenua, y en el medio el árbitro que tratará de ellos mismos detectan cuando son sinceros y cuando fingen. Cuanto más particular es la mentira, más universal resulta. Uno de los puntos fuertes de la función es la identificación. Las situaciones nos hacen gracia porque comprendemos los personajes, los sentimos cercanos, los justificamos.
Admitir que todos tenemos algo de estos personajes dentro sólo es apto para autoestimas fuertes.
“Una semana nada más” es la cuarta función de Michel Clement y, según la crítica, su texto más redondo. Ha sido representada con éxito en su país y fuera de él, y se baraja la posibilidad de llevarla al cine. Sería una película, como aquí calificamos, “muy francesa”, esto es, un conflicto pequeño que es la punta de un iceberg. Un iceberg grande, inesperado y muy muy divertido.
Teatro Infanta Isabel
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