Por fin llega el verano y con él las ansiadas vacaciones. Nuestra vida cambia por unos días, dejamos atrás nuestras obligaciones cotidianas, las pesadas responsabilidades, y nuestro organismo, inconscientemente, deja de estar alerta. En otras palabras: nos relajamos frente a ciertas señales de peligro.
Mucho ojo en la carretera
El primer escenario al que tenemos que enfrentarnos es la carretera, donde cada año se producen millones de desplazamientos. Una de las lesiones más comunes, y que pueden arruinar nuestro periodo de descanso es el llamado “latigazo cervical”, que se produce mientras conducimos y nuestro vehículo es alcanzado por detrás. En este tipo de accidentes, recibimos un impulso hacia adelante debido al impacto trasero, de forma que el cinturón frena nuestro cuerpo pero la cabeza permanece libre, moviéndose hacia adelante y formando un curvatura con el cuello. El resultado de este movimiento es una lesión en las estructuras posteriores del cuello.
Los síntomas de este tipo de lesión pueden tardar varios días en aparecer, por lo que es de vital importancia que si hemos sufrido un fuerte impacto acudamos al servicio de urgencias más cercano. Algunas manifestaciones del latigazo cervical son, dolores del cuello y rigidez, dolores de cabeza, dolores de espalda, sensación de hormigueo (en la cara, en el pecho, en los brazos o manos), ansiedad, mareos, pérdida de audición o doble visión, irritabilidad, alteraciones en la memoria, fatiga, dificultades para dormir y concentrase…
Ni que decir tiene que el cinturón de seguridad nos salva la vida, pero Ata Pourmini incide, además, en que es capital llevar el reposacabezas en la posición correcta, es decir la parte superior del reposacabezas debe de coincidir con la parte superior de nuestra cabeza. De esta forma podemos evitar lesiones tan graves como fracturas de vértebras.
Como tratamiento, el autor de “Tú eres tu medicina” recomienda su especialidad: la quiropráctica, un tratamiento seguro y eficaz que recupera la normalidad de la columna vertebral tras haber sufrido un accidente.
Cuidado con las zambullidas en el agua
Por supuesto, las zambullidas irresponsables en piscinas, pantanos y playas pueden producirnos una lesión medular importante. Lo más común, afortunadamente, suelen ser lesiones de columna, cuello y espalda, que pueden también ser tratadas con quiropráctica.
En cualquier caso, la norma básica es no mover al accidentado ni tocar su cuello hasta la llegada de los servicios de emergencia. Para prevenirlo, comprobar siempre la profundidad del lugar donde nos vamos a zambullir y no tirarse de cabeza en zonas desconocidas.
Esguinces y torceduras
Menos importantes, pero aparatosos son los esguinces, torceduras y contracturas musculares. La mayoría, producidos en la práctica del deporte en zonas de suelo irregular, de playa y montaña.
Para prevenirlas, además de ir con cuidado, es conveniente utilizar calzado cómodo y adecuado a la actividad que vayamos a realizar y evitar malas posturas.
Es orientador en salud, experto en nutrición y uno de los quiroprácticos más reconocidos. Tiene en Valencia una de las consultas más importantes del mundo. Estudió Nutrición en la Oxford Brooks University, es Licenciado en Ciencias Humanas, Master en Ciencias Quiroprácticas, Doctor en Quiropráctica y miembro de la Asociación Española de Quiropráctica.
Autor del libro “Tú eres tu medicina”.