La tercera jornada de la MBFWM arrancaba con el desfile del joven Madrileño MOISÉS NIETO que nos presenta una colección entre la serenidad y el equilibrio, junto con la alegría y la frescura que aportan el tacto de la materia con tejidos clásicos, rotos por la innovación en los acabados, con tweed plastificados, con colores plasmados en el clásico jaquard que solo se usa el revés o algodones con lurex y organza ligera con acabado metálico. Los colores han tenido gran peso en la colección, un juego de lo opuesto, de la luz y la sombra, del claro y lo oscuro, con una gama de rojos, rosas, amarillo, azul y una mezcla entre el gris y el negro.
LUKE LEANDROCANO presenta «Camino» inspirado en los paisajes de Andalucía, desde una perspectiva aérea, tamizados y transformados por la ilusión óptica. Con una platea de colores afín a la nostalgia con la que el campo andaluz es representado. Con colores como el azul noche, mostaza, vino, beige… Siluetas con volúmenes con patrones básicos. Los materiales empleados son el cuero y lana tejida a mano.
DAVIDELFÍN se envuelve en «Inferno» con esta colección de otoño-invierno pone cierre a una trilogía, que empezó en el 2014. Una colección ambigua que desdibuja la identidad, envuelta por una ceremonia de despedida, un ritual que tiene como estructura el paso del luto al alivio. Un espectáculo que destacó por la vistes del cantante Michael Buble.
ROBERTO TORRETA se traslada a la década de los 60 a los 70. El diseñador combina uno de los materiales fetiches suyos, la piel, el cuero con paños simples en color rojo tangerine y brocados, con tejidos técnicos de aspecto esponjoso engofrado tipo neopreno en color negro. La prenda que mas gusto el smoking se reinventa de la mano de Roberto Torreta, y con diferentes tipos de pantalón completan la colección, de cintura alta, corte trompeta.
El invierno de JUANA MARTÍN está envuelto en un halo de misterio y obstinación. Con figura de un pájaro aparece constantemente a lo largo de la colección. El tejido y los bordados a mano de incrustaciones metálicas se crean a partir de esta figura. Símbolo del espíritu, inmortalidad y renacimiento. Los patrones tienen inspiración masculina aunque buscan el afecto contrario, dar a la mujer una femenididad sublime. Los tejidos principales son lana, seda estampada y crepé, la platea cromática toma su punto de partida en una escala de grises para derivar en puntos de colores.
FRANCIS MONTESINOS nos presenta una colección que la diferencia entre el hombre o la mujer lo decides tú mismo, la evolución social y futuras actitudes culturales le transportan al diseñador a los inicios de los años 20, donde se produce un espectacular cambio de la silueta femenina. Una colección sin tabúes, que comparten la pasarela mujeres y hombres la estetica garços, alternando exquisitez y no mdmld extravagancia, desdibujando las frecuentes siluetas y se traslada a la confortabilidad sobre la nueva idea de estructura donde las propuestas textiles aportan el soporte especial a la nueva figura.
JUAN VIDAL el alicantino tras un gran esfuerzo, esbelta y sin aliento, volvió a quedarse inmóvil, sintiendo que su propia juventud se estaba alejando de ella. Delicadas líneas, con pelo recogido e inmensamente pálida, avanza contra el tiempo tiempo, liberándose de las ataduras del espacio y abrazando el movimiento, exotismo y artificio en sus papeles mas contemporáneos.
El espíritu de la colección, como todas las creaciones de ION FIZ es ecléctico y de fondo clásico en lo que se refiere a tejidos y a la técnica de alta costura. La colección «Aprés Ski» para hombre y mujer se divide en Prêt -á-porter para el día mientras que la alta costura, elegante y muy glamurosa se reserva para la noche. Líneas verticales y fluidas, sofisticadas en el diseño. Tejidos cálidos y ligeros, cashmere, lana, mohaire, crepé, satén y georgette. Los colores empleados son el crudo, nude, gris, ocre, verde, indígeno y negro.
Por DAVID ENGUITA
Periodista especializado en moda y corazón