Si estás intentando quitarte de encima los kilitos que has cogido durante tus vacaciones de verano (y quizá alguno adicional acumulado tiempo atrás), lo primero que has de hacer es relajarte y huir del estrés. Así es. Si no estás tranquila, por mucha dieta que hagas, es posible que no logres alcanzar tus objetivos. ¿Por qué? Porque en situaciones de tensión, el cuerpo libera cortisol, una sustancia que le dice al cerebro que los músculos necesitan más energía para poder afrontar esa situación estresante. Esto provoca que el cuerpo se ponga en “modo alerta”, acumulando más grasa y ralentizando su metabolismo.
Relación directa y dañina entre el estrés y el sobrepeso
Pero el estrés no sólo es un enemigo de las dietas de adelgazamiento, sino que además puede llevarnos al sobrepeso e incluso a la obesidad. Cuando tenemos una preocupación determinada motivada por problemas familiares, laborales, económicos o de cualquier otra índole, la cantidad de ansiedad aumenta. Este aumento de ansiedad provoca de manera inmediata y automática una reacción directa para poder calmar a la persona que lo sufre. Una de las maneras que tiene nuestro organismo de calmar la ansiedad es a través de la comida, analicemos por qué.
El alimento es una manera de conectarnos con lo más protector y una forma de refugiarnos en algo seguro, ya que es lo que nos mantuvo vivos cuando comenzamos a vivir y nos sigue manteniendo vivos. Además, nuestros padres tuvieron el rol de alimentarnos y de alguna manera, nuestra mente guarda esta información, por lo que el alimento representa lo materno y lo protector en nuestra mente. De allí que la influencia del estrés en el aumento de peso se dé de forma frecuente.
Consejos y soluciones
La Unidad de Nutrición de Clínicas Zurich está especializada en este y otros muchos temas relacionados con la alimentación. Los responsables de dicha unidad aseguran que, cuando se padecen altos niveles de estrés y ansiedad y se desea adelgazar, lo ideal es ponerse en manos de un experto. El apoyo profesional en consulta psicológica acompañado de ciertos cambios en los hábitos y en las pautas alimenticias resulta de gran ayuda para conseguir adelgazar con éxito y de forma saludable.
Además, hay otras pautas buenas que el paciente puede hacer desde casa para disminuir o eliminar los niveles de estrés:
• Duerme las horas necesarias. El agotamiento físico puede ser uno de los desencadenantes de los estados de ansiedad.
• Evita la cafeína, el alcohol y cualquier estimulante. Pueden hacerte sentir mejor mientras te hacen efecto, pero a la larga tienen efecto depresor.
• Destina 10 minutos al día a hacer balance del día. Conectar con uno mismo es importante para sentirse bien. Darse cuenta de las cosas positivas que ha tenido el día para tratar de repetirlas, y de las negativas para evitarlas, puede resultar de gran utilidad.
• Dedícate tiempo a ti mismo. Conversar con alguien de confianza, salir de casa, tomar aire puro… Es imporante despejar la mente de los problemas y evitar que los aspectos psicológicos repercutan en el peso o en cualquier otra parcela de la vida.
Así podrás decir adiós al estrés y comenzar una dieta con buenos resultados. ¡Adelante!