No me puedo resistir a contaros que ayer tarde acudí a ver el musical de Billy Elliot, tengo que reconocer que todo el mundo me había hablado bien de él, pero que queréis, hasta no verlo no podía creerlo.
Lo primero contaros que es un musical al más puro estilo Broadway, vamos que no tiene nada que envidiar a los que puedes ver en Nueva York. Primero deciros que cuenta con una estupenda música en directo, una orquesta con su director y sus músicos pendientes de cada detalle.
En segundo lugar los decorados son estupendos, la puesta en escena te atrapa, con la mina donde trabajan los protagonistas, el estudio de danza donde Billy comienza a descubrir su amor por el baile, podemos ver hasta la casa del protagonista, su cocina, su baño, su dormitorio, en definitiva una maravilla, te sitúa y te adentra en la historia desde el minuto uno.
Por supuesto para mí personalmente, el ver a Carlos Hipólito (padre de Billy), Natalia Millán (la estricta profesora) y Adrián Lastra (hermano de Billy), en el mismo escenario era ya más que suficiente para disfrutar del musical.
Esa Natalia, madre mía está maravillosa, como baila, como canta y que piernas (sana envidia). Las tablas y la valía de Carlos Hipólito como actor al que le he seguido en un montón de obras de teatro y series, una gozada. Y por último y no menos importante Adrián Lastra, tan diferente al que podemos ver en Velvet, tan apocado, aquí es un minero que se revela frente a las injusticias sociales, que no encuentra futuro y que no quiere doblegarse a las normas absurdas, un registro muy diferente, retador, duro, hasta chulesco papel que interpreta maravillosamente bien.
Los bailarines y cantantes están todos fantásticos sin excepción, soportan y llevan gran parte del peso del espectáculo. Y de los niños, los muchos Billy, hay nada menos que seis diferentes, es un trabajo muy duro y pesado para que durante todo el tiempo que se lleva haciendo el musical fuese uno solo, (además tienen que estudiar).
Yo personalmente puedo hablaros de Cristian López que fue mi Billy Elliot, maravilloso, desde la primera escena, mi hija y yo quedamos fascinadas, rendidas a sus dotes de bailarín y actor. Luego he descubierto después de verle, que Cristian ya había tenido la gran suerte de ser ‘Simba’ en el musical ‘El Rey León’ en 2016. En definitiva yo como espectadora le auguro un éxito brutal dentro de los musicales en su futuro profesional.
Para terminar animaros a que no os perdáis Billy Elliot, para mayores, para niños, hasta para los enemigos de los musicales, os encantará. No sé cuánto tiempo más seguirán en Madrid, pero daros prisa, mi hija y yo pasamos una tarde maravillosa.