Abadía Retuerta, es un enclave maravilloso, muy romántico, que data del siglo XII y que se encuentra rodeado de viñedos.
La Abadía Santa María de Retuerta nace de 1146 y en la actualidad se encuentra fantásticamente restaurada y convertida en un hotel de 5 estrellas, a orillas del río Duero, concretamente de Sardón de Duero (Valladolid) y con una oferta enogastronómica reconocida ya internacionalmente, ya que su restaurante posee una Estrella Michelín.
En esta ocasión puedo hablaros con conocimiento de causa, hace unos días tuve la gran suerte de poder disfrutar de una estupenda comida en su vinoteca. Un atractivo espacio, con una estupenda cocina con productos de temporada, bien elaborados y por supuesto muy bien servidos. Además de poder conocer por su carta de vinos, un excelente tinto de los que posee la bodega de la propia Abadía Retuerta L’Domaine.
No olvido su ensalada de bogavante con tomate rosado tan bien aderezada que nos sorprendió a todos, o su steak tartar con láminas de pan crujiente, sin olvidar su pulpo vinagreta de almendras, queso ahumado y cebolleta, pero para mí el colofón llegó cuando terminamos la comida con un tiramisú de achicoria y unas natillas de albahaca, manzana y galleta rota, unas natillas nada convencionales que si pienso en ellas aún puedo saborear con una sonrisa de placer.
Una auténtica experiencia, además pude conocer el Refectorio, su restaurante para cenas con una cocina contemporánea de corte creativo, galardonado con una Estrella Michelín desde 2014 gracias al chef Marc Segarra y su equipo. Ojo si quieres conocerlo es imprescindible reservar y además con bastante antelación.
Los viñedos rojizos del otoño, las hojas anaranjadas y amarillentas de los árboles que rodean el jardín y los colores dorados del anochecer, al margen de haber podido estar rodeada de una estupenda compañía, hicieron que mi sábado en Abadía Retuerta fuera insuperable.
Si me preguntan si repetiría, pues sí repetiría mañana mismo y si la próxima vez puedo espero quedarme a dormir y disfrutar de su estupendo Spa, que también lo tiene entre esos grandes muros de piedra cargados de historia.