Hoy, 20 de diciembre de 2018, se cumplen 150 años del nacimiento de Harvey Firestone, una auténtica leyenda de los neumáticos y todo un visionario en el mundo del motor y de los negocios.
Harvey solo tenía 22 años cuando fundó The Firestone Tire & Rubber Co, una aventura profesional que le llevó a convertirse en uno de los hombres más influyentes de la época y, además, le permitió llevar a cabo un montón de proyectos para mejorar su entorno y la calidad vida de cuantos le rodeaban. Este hombre era, además de un lince para los negocios, un filántropo que contribuyó a mejorar el estado de las carreteras de Estados Unidos, desarrolló comunidades en Liberia y apostó por la música con el programa “The Voice of Firestone”, símbolo de toda una época.
En la actualidad, un siglo y medio después del nacimiento de su creador, la compañía continúa cosechando éxitos a nivel mundial. El legado de Harvey continúa vivo y con una salud de hierro. Solo por eso merece la pena brindarle un pequeño homenaje haciendo un repaso por sus logros y por su apasionante existencia:
Un hombre de origen humilde que llegó a lo más alto
El 20 de diciembre de 1868 Harvey S. Firestone llegaba al mundo en una humilde granja familiar situada en el pequeño pueblo de Columbina, Ohio (Estados Unidos). De niño ni siquiera podía imaginar que se convertiría en un auténtico visionario y lideraría una de las principales compañías del mundo de fabricación de neumáticos. Pero así fue; su mente privilegiada y su espíritu emprendedor le llevaron a apostar por la innovación y a llegar a lo más alto en el mundo de los negocios.
En 1900, con poco más de 20 años, fundó su propia empresa: The Firestone Tire & Rubber Co, con el fin de proporcionar neumáticos de alta calidad a sus clientes. Durante su primer año al frente de la compañía, fabricó los primeros neumáticos de goma para carruajes.
Firestone tuvo la visión de prever que el futuro del transporte iría de la mano de los vehículos a motor de cuatro ruedas y, en 1906, acordó con su amigo Henry Ford ser el fabricante de los neumáticos de su famoso Modelo T. En 1920, la compañía facturaba ya 115 millones de dólares. Esta época de cambios inspiró a Firestone para abrir estaciones multiservicio, que se extendieron rápidamente por todo el país.
Pionero de toda una industria
La innovación siempre formó parte del ideario de Harvey S. Firestone. En 1923 introdujo una nueva tecnología de neumáticos de baja presión, los neumáticos “balón”, con los que ofrecía un producto más cómodo, con mejor agarre y de más confianza que los neumáticos de la época. También fue pionero al crear el primer neumático antideslizante, que permitió una conducción más segura a velocidades más altas, menos accidentes y una aceptación más amplia de los automóviles.
En la década de 1930, Firestone revolucionó la amortiguación de los vehículos, reemplazando los muelles metálicos por caucho, lo que mejoró considerablemente la comodidad de los pasajeros. También en los años 30, la compañía introdujo los neumáticos de caucho en tractores y en maquinaria agrícola, los cuales (a diferencia de los de acero) no aplastaban los cultivos y podían utilizarse en cualquier condición climatológica. En 10 años, los neumáticos de caucho ya eran utilizados de manera estándar por los agricultores.
De Estados Unidos al resto del mundo
En 1928, se inauguró la primera fábrica de Firestone fuera de Estados Unidos, concretamente en Brentford, Inglaterra. Este fue sólo el comienzo: la compañía estableció fábricas en todos los continentes para atender de la mejor manera posible a los clientes de todo el mundo, pasando así de ser un negocio local a otro global, pero con un fuerte compromiso en los países en los que estaba presente.
Como parte de su expansión en el continente europeo, en 1932 Firestone fundó Firestone Hispania S.A, cuya primera fábrica se construyó en Basarui (Vizcaya), en 1931. En 1967, inauguró la fábrica de Burgos, y en 1976 la de Puente de San Miguel (Cantabria). Actualmente, Bridgestone Hispania (denominación adquirida tras la entrada de Firestone en el grupo japonés Bridgestone) es una de las filiales más importantes del grupo en Europa, se encuentra entre las 100 primeras empresas españolas y cuenta con una plantilla de casi 3.000 trabajadores.
Mucho más que un hombre de negocios
Harvey S. Firestone fue mucho más que un exitoso hombre de negocios. Era un hombre de familia (tuvo 5 hijos), filántropo y un inversor destacado en la sociedad estadounidense del siglo XX. Esta filosofía lo convirtió en compañero de viaje de otras mentes privilegiadas de la época como Henry Ford y Thomas Edison, con quienes formó el Club de los Millonarios, un círculo en el que se reunían y acordaban la adquisición de bienes con un simple apretón de manos, fruto de la camaradería y confianza que se profesaban.
Firestone también contribuyó a mejorar el estado de las autopistas de Norteamérica. Su movimiento “Good Roads”, iniciado en los años 20 para remediar el mal estado de las carreteras del país, inspiró décadas después la aprobación de la Ley de Autopistas de Ayuda de 1956, promulgada por el presidente Eisenhower.
Además, Firestone se propuso controlar toda la cadena de producción con el cultivo de caucho crudo. Por eso, compró en 1920 su propia granja de caucho en Liberia. Allí, construyó carreteras, hospitales y escuelas; viviendas para sus empleados que fueron modeladas según las aldeas tradicionales de Liberia; y limitó las jornadas laborales a 8 horas.
Una marca muy ligada a la competición
Firestone estuvo también muy vinculado a la competición. En 1909, creó un juego de neumáticos para un coche conducido por Barney Oldfield en la Indianapolis 300. Oldfield llegaría a afirmar: “Mi único seguro de vida son los neumáticos Firestone”. En 1911, Ray Harroun ganó la primera carrera de la famosa Inidanapolis 500 en un Marmon Wasp equipado con neumáticos de la marca. Desde ese momento, Firestone se vinculó a la mayoría de las victorias obtenidas en competiciones de coches de carrera. Desde 1965 y durante 10 años, Firestone estuvo también involucrado en las series de Fórmula 1 FIA.
La música, otra de sus grandes pasiones
La música fue también otra de sus grandes pasiones. Así, “The Voice of Firestone” (1928-1963) se convirtió en el primer programa de radio musical patrocinado comercialmente. Aclamado por la crítica, contó con músicos de renombre, cantantes de ópera y voces populares de Broadway como Nelson Eddy, Robert Merril y Gladis Swarthout. El programa también sirvió para dar voz a diversas cuestiones cívicas y sociales.
En 2015, la marca decidió recuperar el espíritu original creando Firestone Live, convirtiéndose en patrocinador de los principales festivales de música de varios países europeos, entre ellos España, donde además lanzó en 2017 la Ruta Firestone con conciertos en diferentes ciudades españolas y abanderando la música de carretera.
Sin duda, todo un legado el de Harvey S. Firestone, que todavía perdura en nuestros días.