lunes , 23 diciembre 2024

SEÑALES INEQUÍVOCAS DE QUE ESTÁS MADURANDO

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Los años pasan, las costumbres cambian y nuestra vida social evoluciona hasta convertirse, a veces, en irreconocible. ¿Qué fue de aquella chica o aquel chaval que no paraba ni un momento? ¿Que conocía más la ciudad de noche que de día? ¿Dónde quedaron nuestras ganas de quedarnos afónicos y terminar el fin de semana más cansados de como lo empezamos?

Sin duda, estás madurando. Pero no te asustes, no es nada malo ni de lo que renegar y Ron Brugal quiere ayudarte a derribar todos los mitos negativos que resuenan en tu cabeza mientras lees estas líneas, en colaboración con Almudena Moreno, Doctora en Sociología por la Universidad Autónoma de Barcelona y profesora titular de la Universidad de Valladolid (UVa).

Porque el proceso de maduración no solo es clave para obtener los mejores rones, sino también para llegar a nuestra mejor versión a nivel personal:

 

1. Eliges calidad vs cantidad

Con el paso del tiempo, empezamos a aceptar todo aquello que hemos ido “perdiendo” de la juventud y nos quedamos con lo que nos ofrece la experiencia y ganamos con la edad. Se pierde intensidad y frecuencia en las relaciones sociales, pero se gana en calidad y disfrute de esos momentos ya que son realmente escogidos. En definitiva, nos volvemos más exigentes: preferimos lo poco y bueno, que lo mucho y sin calidad.

2. Tus gustos se afinan (y se refinan)

La experiencia también afecta de manera positiva a nuestro criterio. Los sentidos se van entrenando y desarrollando con la edad y somos capaces de identificar aquello que realmente nos gusta y nos apasiona. Desarrollamos un estilo de vida personal más selectivo en el que no vale todo y poseemos lo que el sociólogo francés Bourdieu llamó ‘capital cultural’: las formas culturales asociadas al gusto, la distinción y la calidad, que moldean los comportamientos y las formas de estar y sentir en la vida.

3. Tienes mayor compromiso contigo mismo

En esta etapa de la vida se refuerza la comunicación, la confianza y la puesta en valor de uno mismo, lo que a su vez repercute en relaciones más consolidadas y duraderas.

4. Tus amistades son elegidas

Las amistades y relaciones se refuerzan y fortalecen en esta etapa de la vida. Los grupos de amigos se vuelven más selectivos y se conforman por afinidades culturales, motivacionales, intelectuales y familiares, en lugar de hacerlo estrictamente por intereses festivos, tal y como ocurría años atrás.

5. Auge de la creatividad e inspiración

La madurez emocional y mental favorece el desarrollo de las habilidades y competencias creativas. Por lo general, éstas se encuentran en pausa durante algún tiempo, mientras nos esforzamos por integrarnos en el mercado laboral, la formación de la pareja o la consolidación del grupo de amigos.

6. Disfrutas del día a día más que nunca

Con la edad se gana confianza en las capacidades personales y sociales, independientemente de las exigencias normativas del entorno, lo que contribuye a disfrutar más de nuestro día a día, así como de los momentos y eventos cotidianos o extraordinarios de la vida.

7. Tienes sensación de bienestar recurrente

Las relaciones sociales maduras y estables, dan lugar a una sensación de bienestar y satisfacción más prolongada en el tiempo y menos dependiente de factores externos, que por lo general están ligados al cambio, por el carácter efímero y de incertidumbre que los acompaña al escaparse a nuestro control.

8. Mayor facilidad para resolver problemas

Durante esta etapa de la vida desarrollamos especialmente la inteligencia emocional, es decir, aquella capacidad que favorece el diálogo y las habilidades sociales, sensitivas y cognitivas, que nos ayudan a resolver problemas cotidianos con mayor templanza y naturalidad.

9. Le pides más a tu tiempo

La percepción del tiempo cambia según avanzamos por los ciclos vitales y, a medida que maduramos, asumimos que el tiempo es finito y aprendemos a valorar más los momentos de calidad: aquellos que de verdad disfrutamos, con los demás o en solitario, y que aportan un capítulo a nuestra historia biográfica y social. Exiges tiempo de calidad.

10. Sientes que estás ante tu mejor versión

Conocerte mejor, saber lo que de verdad quieres y te hace feliz, hace que día a día estés más cerca de ser una persona más plena. Esto nos aporta seguridad y, además, gracias al paso del tiempo adquirimos todos los matices que nos hacen únicos, dando lugar a nuestra mejor versión; esa con la que más a gusto estamos, tanto nosotros mismos, como las personas de las que nos rodeamos.

 

BAZAR

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