SABOREA LOS MEJORES PLATOS DE CUCHARA EN EL RESTAURANTE MARIUCA

14 febrero, 2020140

En los días más fríos del invierno, no hay un placer comparable al de saborear un buen cocido de los de siempre, preparado con mimo y dedicación. En Mariuca, un restaurante de Pozuelo de Alarcón que abrió sus puertas hace apenas unos meses, lo sirven todos los miércoles con un éxito apabullante. A pesar de no llevar mucho tiempo abierto, este restaurante tiene una afluencia especial este día de la semana. ¡Un cocido es un cocido!

Y no es el único plato de cuchara que se prepara en los fogones de este establecimiento; siempre hay uno presente en su carta de lunes a viernes. Los lunes se sirven lentejas caviar estofadas; los martes, alubias de Tolosa “con sus sacramentos”; los miércoles el tradicional cocido madrileño; los jueves callos a la madrileña y los viernes un suculento arroz al caldero.

Cocina de siempre preparada con cariño

Una nueva y muy gastronómica vecina ha llegado a Pozuelo de Alarcón hace pocos meses. Su nombre, -Mariuca-, evoca esa cocina de siempre, sin estridencias, elaborada con cariño y en la que el objetivo primordial es la satisfacción de los comensales. Su propietario, el empresario hostelero Luis Moreno, posee otro restaurante con nombre de mujer en la localidad de Valdemoro: “Casilda”. Moreno en sus locales persigue (y consigue) una cocina en la que el tiempo poco importa y los artificios se desdeñan en favor de ejecuciones cuidadas en las que lo que realmente prevalezca sea el sabor y esa “cocina del recuerdo” que todos conservamos. Nuestra memoria se llena de aromas, sabores y colores de siempre para dejarse llevar por la buena mesa.

Dos zonas diferenciadas

El local se estructura en dos zonas. Una primera de barra y mesas altas, con una carta específica de raciones, pensada para ese picoteo rápido, esos aperitivos con familia o amigos o simplemente esos días en los que apetece algo más ligero y casual. La sala, amplia (capacidad para 90 personas) y confortable está pensada para el disfrute. Mesas espaciosas, generosamente separadas unas de otras, manteles de hilo, cálidas tapicerías y detalles cuidados hasta el extremo conforman un espacio en el que sentirse cómodo es inmediato.

Mariuca dispone además de una agradable terraza en una calle peatonal que permite disfrutar de su oferta gastronómica al aire libre cuando las temperaturas lo permiten.

Platos deliciosos con una gran materia prima

En su propuesta gastronómica, Mariuca ofrece una carta con recetas claramente reconocibles en las que se busca resaltar la excelencia de la materia prima y esos guisos de tiempos largos y fondos trabajados que el equipo de cocina dirigido por el chef Manuel Verá (con experiencia profesional en La Hacienda en Valencia, Fox y Grupo José Luis en Madrid) trabaja con maestría. En sala un servicio profesional dirigido por Abdul Ahbetiy, un melillense afincado en Madrid, con muchos años de experiencia en el sector, que consigue que el cliente se sienta como en casa, cuidando al milímetro cada detalle para que la satisfacción sea plena.

Entre los entrantes, cecina de León, ensaladilla rusa, callos a la madrileña, mollejas de cordero salteadas o anchoas artesanas de Santoña advierten de que aquí lo que impera es el producto de primera y la cocina tradicional.

El resto de la carta se clasifica en productos de la huerta, arroces, pescados y carnes. Entre los pescados, seleccionados desde las lonjas más notables, recetas como los chipirones “a lo Pelayo” (salteados a la plancha con crujiente de cebolla), merluza y bacalao en diferentes versiones, kokotxas (a la brasa o al pilpil) y un delicioso atún rojo “estilo Mariuca” que se ha convertido en santo y seña de la casa desde su reciente apertura. Queda hueco también para unas magníficas almejas final al horno con ajos confitados o la deliciosa gamba (roja o blanca) que, igualmente, sirven de diferentes formas.

Entre sus carnes, opciones en las que reina el producto como el chuletón de rubia gallega, los dados de solomillo o los asados (por encargo) conviven con guisos de siempre como el rabo de toro a la cordobesa o la perdiz en escabeche.

Postres caseros, bodega con más de 50 referencias y una notable selección de destilados redondean la oferta de Mariuca, un restaurante en el que no hay trampa ni cartón. Honestidad y producto de primera a precios comedidos.