El mundo está lleno de rincones espectaculares que visitar. Muchos de ellos están próximos a nuestras casas y otros se encuentran en países más o menos lejanos. Lo que habitualmente sucede, cada día más, es que estos rincones idílicos están llenos de turistas que en cierta manera rompen la magia del lugar. Sin embargo, hay lugares en el mundo, todavía a día de hoy, donde el turismo a penas es numeroso y en el cual los recursos naturales son tan grandes que si queremos a penas veremos a nadie.
Imagina playas totalmente cristalinas sin nadie a tu alrededor en kilómetros. Imagina una selva donde no ha serpientes, ni tarántulas, ni ningún animal peligroso. Imagina un lugar donde la naturaleza sigue viva y en pleno esplendor ¡Este lugar existe y se llama Polinesia Francesa!
En medio del Océano Pacífico y a unos 4500 kilómetros del continente más cercado se encuentran este conjunto de 112 islas (muchas de ellas deshabitadas) que conforman la Polinesia Francesa (hay un montón de información). Actualmente, este “país” forma jurídicamente parte de la República Francesa, aunque tienen un estatuto de autonomía considerable. Las diferencias entre la metrópoli y las islas son obvias. Tanto es así que la diferencia horaria es de 12 horas (la vuelta al mundo) y viajar desde Francia a Polinesia Francesa, lleva al menos un día de viaje en avión.
La Polinesia Francesa tiene varias virtudes que le hacen valedora de un puesto alto en el ranking de destino románticos e idílicos, por ejemplo para lunas de miel. Por ejemplo:
- Casi no hay turistas.
- La naturaleza es espectacular.
- Las playas son paradisíacas y muchas de ellas solitarias.
- Es un país muy seguro incluso si quieres viajar sola.
- Hay mil y una actividades interesantes que hacer y ver.
¿Te suena Bora Bora? Esta es la isla más popular de Polinesia Francesa junto con la isla principal Tahití, también muy conocida por el nombre pero desconocida en el resto de aspectos. Bora Bora es la isla más turística de los cinco archipiélagos que componen Polinesia Francesa. Seguro que has visto infinidad de fotografías sin saber que estabas viendo Bora Bora, por ejemplo de alojamientos overwater (encima del mar) sobre aguas turquesas y cristalinas llenas de peces. Pues bien, ése sitio es Bora Bora.
A parte de Bora Bora, hay infinidad de islas no tan turísticas pero dignas de ser escenarios de las mejores películas, como Moorea, Maupiti, Tahaa, Fakarava, Nuku Hiva y un a larga lista más. Echa un vistazo por internet y lo comprobarás.
A Polinesia Francesa se puede viajar de dos maneras, la más común es en avión con salidas, fundamentalmente, desde Estados Unidos, México, Japón o Nueva Zelanda. La otra manera es en barco, obviamente el Océano Pacífico invita a ello. Y dentro de poder viajar en barco, hay dos opciones: en crucero o en barco propio (o alquilado). Cuando vayas, porque tienes que ir, verás un montón de gente (tampoco mucha por que el turismo solo ronda los 150.000 visitantes al año) que ha llegado hasta Polinesia Francesa navegando. Y una vez allí, recorren las numerosas islas que conforman el país. Imagínate llegar a islas paradisíacas donde sólo estás tú y tu acompañante, sin molestias de ningún tipo ¿Es un privilegio o no? Sin duda lo es. En pocos sitios en el mundo se puede hacer algo así.
En cualquier caso, vayas en avión o en barco. Antes o después. Apunta en tu lista Polinesia Francesa para echar un vistazo por internet y convencerte de que algún día el destino te llevará por allí.