Raquel Meroño ha sido la gran sorpresa de Masterchef Celebrity. Desde que comenzó el programa, ella no fue precisamente una de las promesas dentro de los fogones.
La actriz había comentado que su paso por las cocinas era más bien nulo, que se consideraba una “mamá microondas” y que no pasaba de freír un huevo o preparar algunas cosas sencillas.
Sin embargo, su tesón, su trabajo y su persistencia, finalmente dieron su fruto y tras enfrentarse a una final de infarto junto a Flo (Florentino Fernández), finalmente mamá Meroño se alzó con el premio y con el maletín de 75.000€ que ella donó a Mensajeros de la Paz, al padre Ángel para que continúe en su contribución a la pobreza.
EL MENÚ QUE LA HIZO GANADORA
“Muchas veces me han preguntado qué fue de mi vida una vez que me alejé de la televisión y hoy he querido contarlo a través de un menú y de una letra, la “M” de Meroño”, con estas palabras comenzaba la ganadora a presentar la historia de su menú.
Para diseñar este menú ganador Raquel Meroño contó con la ayuda de Oriol Castro, Mateu Casañas y Eduard Xatruch, los chefs del restaurante barcelonés Disfrutar con dos estrellas Michelín y tres soles Repsol.
Su vida en Bali (Indonesia) con sus pequeñas gemelas, de ahí nació su menú lleno de mezclas con productos asiáticos y de recuerdos felices. Con la llegada del postre, la ganadora remato su bellísimo mensaje: “Volvemos a Bali, a sus volcanes, con un postre aparentemente oscuro, pero que demuestra que las apariencias engañan, porque esconde grandes tesoros, sobre todo si trabajas a pico y pala”, como ella durante toda la trayectoria del concurso.
DE ENTRANTE
“Aire del Sur”, una base de gelatina de tomate y atún de la Almadraba como ingrediente principal. Un sashimi de atún impactante, de sabor y de decoración.
PLATO PRINCIPAL
“Al otro lado de la esfera”, un solomillo de cerdo ibérico, cocinado a baja temperatura con cilantro, jengibre, lemongrass y curry. Acompañado de jugo y esferificaciones de leche de coco.
Y DE POSTRE
“Corazón de volcán”, con una gran sorpresa en su interior. Con martillo y cincel, Raquel rompía el carbón de azúcar para descubrir en su interior un dulce mango. Después acompañaba a ese mango con polvo de panga, coco y texturas crujientes de cacao, además de rocas de saque y un “Candy” de crema de cacahuete.