No es la primera vez que la Covid obliga a las familias a transformar por completo sus planes, pero precisamente por eso, todos estamos más preparados. Explica Gemma González que a pesar de las circunstancias, todo buen anfitrión no debe perder nunca la ilusión. “El positivismo es contagioso y hemos de ser capaces de transmitirlo, seamos anfitriones o invitados. Con la familia al completo o solo con nuestro núcleo familiar, no podemos perder la ilusión por celebrar la vida y si en el último momento el virus obliga a cambiar de planes o a cancelar, no pasa nada. ¡Seguro vendrán ocasiones mejores!”.
Flexibilidad
Las reuniones familiares deberán hacerse en grupos más reducidos, señala la experta. “La Nochebuena con unos, el día de Navidad con otros, el día de Fin de Año, lo mismo y aquí entra en juego el segundo pilar imprescindible, la flexibilidad, tanto por parte de los anfitriones como por parte de los invitados”. Esto quiere decir que se deben evitar los malentendidos, indica Gemma: “Si un anfitrión ha de limitar el número de personas y nos quedamos fuera de la lista, los invitados hemos de ser capaces de entenderlo y adaptarnos, evitando cualquier roce. La situación ya es bastante delicada, así que yo recomendaría que pongamos las cosas fáciles”.
Formato cóctel
Más allá de retirarnos la mascarilla únicamente cuando vamos a ingerir algo, renunciar a reunirse en torno a la mesa puede ser una opción más segura. “Si el espacio de casa es reducido y ejercemos de anfitriones, quizás nos convendrá plantear un formato cóctel, de forma que los invitados puedan ir sirviéndose de forma escalonada, para distribuirse en distintas estancias de la casa, incluso en el balcón”, aconseja.
Bufé adaptado
El formato individual de cada plato es el más recomendado en estos momentos y los bufés son una alternativa para evitar el contacto directo. ¿Lo importante? Que sea una única persona la que sirva; de esta manera reduciremos el riesgo. “A todos nos gusta lucirnos en la cocina en ocasiones así, pero esta vez es importante que el menú se adapte a las circunstancias. Quizás debemos ofrecer una mayoría de platos a temperatura ambiente y solamente calentar los imprescindibles, para que no haya que servir al momento y de esta forma, evitamos el colapso de invitados ante el bufet”, apunta Gemma González Events.
Respeto y responsabilidad
Recuerdan los expertos que siempre existe un riesgo y solo de los convidados depende reducirlo en la medida de lo posible. El respeto y la responsabilidad, puntualiza Gemma, son las claves para que todos los presentes se sientan cómodos y el encuentro resulte distendido. “El ejercicio de responsabilidad de cada uno de nosotros no nos lo puede imponer ningún gobierno, sino que manda el sentido común. Es muy violento para un anfitrión tener que marcar ciertas normas y sabemos que hay personas que no asisten a un encuentro por miedo al contagio”.
No olvidemos, entonces, las medidas sanitarias: “Si usamos la mascarilla en todo momento (salvo los imprescindibles para comer), evitamos abrazos efusivos, ventilamos los espacios de forma permanente y mantenemos la distancia de seguridad, generaremos la confianza necesaria para que todos disfruten de la velada, en especial las personas más vulnerables o de edad más avanzada». Porque, como dice Gemma González Events, “es una cuestión de respeto y de cariño hacia los nuestros”.