Agosto es el mes de vacaciones por excelencia. La mayoría de las familias españolas disfrutan en estos días de su período de descanso y desconexión en la playa, el pueblo o la montaña. Cuando hay niños, puede ser un desafío mantenerlos ocupados durante los largos días de verano. Ellos necesitan tener una actividad constante, y si no, a la mínima escuchamos aquello de “Me aburroooo”. Para ayudar a los padres, desde Lingokids, empresa especializada en contenido en inglés para niños, han elaborado estas ideas para entretener a los más pequeños a través del juego, que es la principal herramienta de aprendizaje en edades tempranas.
Juegos de agua
Nunca fallan. Una batalla con pistolas de agua o con la manguera en el jardín puede hacernos pasar un rato muy divertido. Los globos de agua son también una buena opción, aunque luego toque recoger los “restos de la batalla”. El hecho de recoger también puede convertirse en un “juego” por ejemplo compitiendo por ver quién se hace con más trocitos de globo o de más colores.
Si contamos con una piscina, jugar al balón o a un pilla-pilla en el agua puede ser una buena idea, y también podemos incorporar otras como tirar un objeto al agua y ver quién lo coge primero sin utilizar las manos, o esconder objetos dentro de la piscina y luego buscarlos con un tiempo limitado, etc.
Entretenimiento vingage
Muchos de los juegos con los que los padres nos hemos divertido de niños son desconocidos para nuestros hijos, pero si se los mostramos y participamos con ellos, seguro que lo pasarán en grande. El escondite es un clásico, pero podemos complicarlo a oscuras, con nuevas reglas que nos inventemos o elegir la versión bote-botero. La gallina ciega, el escondite inglés, el pañuelo, la rayuela, el hinque, las canicas, saltar a la goma o a la comba…
La baraja tradicional española es otra opción muy socorrida para los momentos en los que el calor aprieta, y los juegos son infinitos: la escoba, el cinquillo, el chinchón, la carta corrida, el as-dos-tres, o, por qué no, también podemos enseñarles el solitario para que puedan entretenerse cuando no tienen compañero de juegos.
“Tunear” las tareas del hogar
Si pasamos una larga temporada vacacional en el apartamento de la playa o la casa del pueblo, el día a día requiere la necesidad de realizar tareas del hogar que también podemos convertir en un momento divertido si le echamos un poco de imaginación. Y es positivo, además, que les impliquemos en estas pequeñas rutinas para que participen también de ese modo en la vida familiar.
Podemos diseñar los menús de la semana todos juntos, aportando ideas, organizar una semana gastronómica con menús de diferentes países, o incluso una competición por equipos para que cada día se encargue uno de cocinar y ver quién lo ha hecho mejor. A la hora de tender o recoger la ropa del tendedero, podemos hacerlo por colores, tamaños o formas, organizando una cadena humana o cantando canciones juntos. Si tenemos que limpiar y barrer, podemos hacerlo imitando a personajes, y si vamos a la compra, podemos poner reglas para no pisar rayas en el suelo, ver quién encuentra antes los productos, etc.
Aplicaciones divertidas
También podemos dejarles un tiempo de uso de los dispositivos electrónicos, eso sí, de forma controlada tanto en la duración como en los contenidos. Lo ideal es que esos ratos de uso de tecnología se enfoquen hacia tareas interactivas, que fomenten el aprendizaje a través del juego.
Existen apps creadas específicamente para niños con las que pueden desarrollar su inteligencia mientras se divierten, como puede ser el caso de Lingokids, aprendiendo en inglés. Pero también podemos encontrar pasatiempos que desarrollan la lógica, juegos tipo trivial en los que demostrar sus conocimientos, actividades para pintar o para crear personajes que aplican a su lado más creativo, etc.
Aprendizaje activo
Muchos padres quieren que sus hijos se mantengan activos con tareas que les ayuden a afianzar los aprendizajes adquiridos durante el curso. Pero para ello no es necesario recurrir a deberes tradicionales o al típico libro de texto para el verano; existen otras opciones más atractivas para ellos, como practicar matemáticas haciendo que calculen y midan las cantidades de una receta de cocina, sumando los productos de la compra o calculando la vuelta de la cuenta del restaurante.
Podemos elegir al azar un animal y pedirles que nos digan todo lo que saben de él (dónde vive, qué come, cómo es), o un río y que tengan que decir por qué provincias pasa y dónde desemboca; o decirles palabras o expresiones en inglés y que las traduzcan, y a la inversa, y que luego lo busquen en Internet para ver si han acertado. Ponerles retos siempre es divertido para ellos. Además, el verano es ideal para inculcarles la lectura. Podemos leer un ratito con ellos cada día, su libro o cada uno el suyo, y luego contarnos cosas de lo que hemos leído.
Cada niño, y cada familia, son diferentes. Se trata de encontrar aquello que más nos guste o nos motive para poder disfrutar del verano pasando momentos inolvidables juntos, y también separados. Porque, no lo olvidemos, es bueno que los pequeños se acostumbren a entretenerse solos.