Según un estudio de la Fundación Ellen MacArthur (Reino Unido), se estima que la producción textil produce alrededor de 1.200 millones de toneladas de CO2 y consume 79.000 millones de metros cúbicos de agua al año, lo que tiene un impacto directo en el planeta y el medio ambiente. Además, “solo el 1 % de la ropa se recicla para crear una nueva prenda”, recuerda Federico Sainz de Robles, CEO de sepiia. Por ello, en su compromiso de apostar por una economía circular, la firma española de moda inteligente se ha aliado con la plataforma B2B Recovo para transformar los residuos textiles en recursos que la industria de la moda pueda reutilizar. La alianza entre estas dos empresas es el ejemplo perfecto de la importancia de las conexiones y la comunidad para impulsar la circularidad en la industria de la moda.
Así, las marcas pueden comprar y vender los tejidos sobrantes de producciones anteriores y seguir apostando por un mundo sin desperdicios. En consecuencia, se consiguen reducir los residuos textiles y alargar la vida de los materiales antes de ser reciclados. Y es que, como han informado las dos firmas, “la producción masiva de tejido de la que hablábamos, hace que se generen alrededor de 92 millones de toneladas de residuos textiles al año que acaban tirados en vertederos o quemados”, especifica Gonzalo Sáenz, Co-Founder & CEO de Recovo. Unas cifras que dan buena cuenta de que a la industria de la moda aún le queda gran camino por recorrer y que adelantarse a la legislación puede ser una gran fórmula para transformarla desde dentro.
¿Qué hay detrás de la moda?
La población suele ver el lado bonito de la moda: las tendencias, looks, pasarelas, marcas que nos encantan, pero “algo que casi ninguna firma te va a contar es que también se generan muchos desperdicios de tejido que no llegan a transformarse en una prenda”, describen desde sepiia. ¿Qué pasa con ellos?, nos preguntamos. Básicamente, acaban incinerados o en un vertedero sin que nadie los haya usado. “Con nosotros esto no ocurre porque reciclamos nuestro tejido, pero es verdad que, por ajustes de producción, en ocasiones nos encontramos con excedentes. Es por ello que nos hemos aliado con Recovo, para potenciar aún más la circularidad transformando los excedentes textiles de unos, en recursos para los otros y poner nuestro grano de arena y una solución a la situación en la que nos encontramos donde cada segundo se quema o se tira al vertedero el equivalente a un camión de basura cargado de ropa, informan desde la plataforma. De éste un porcentaje alto de ropa o tejido, que no se ha llegado a usar. Por ello, hay que recapacitar sobre el consumismo, y actualizarse con las necesidades del Planeta, no creando más excedentes, sino aprovechando lo que ya tenemos”.
En definitiva, hay tantos excedentes y el problema es tan grande que al fin están empezando a crearse normativas europeas al respecto. Como informan desde ambas marcas, “la realidad es que en 2022 la industria textil utilizó aproximadamente 100 millones de toneladas de fibras, representando uno de los sectores que más impacta negativamente en el medio ambiente. La Unión Europea estima que la producción textil, únicamente, es responsable del 10% del total de emisiones de carbono a nivel mundial”, especifica Sáenz. En este contexto, advierte, “este conocido como modelo lineal de producción requiere de un consumo desproporcionado de recursos naturales que daña enormemente el planeta”.
Sepiia, pioneros para un mundo mejor.
Antes de que existiese regulación por parte de Europa en materia de residuos textiles, esta startup española ya era pionera en circularidad, reciclando todo el tejido restante de taller, así como las prendas que sus clientes les enviaban para reciclar. Y es que desde Sepiia creen que “si buscas realmente ser sostenible en esta industria, no puedes esperar a las normativas para ajustarse a ellas, sino innovar para adelantarse a ellas”. En definitiva, “hay que alargar la vida de las prendas y conseguir que la industria tenga una salida con esos excedentes antes de llegar al proceso de reciclaje”.