jueves , 21 noviembre 2024

¿CONOCES LOS BENEFICIOS QUE LOS PUZLES TIENEN PARA TUS HIJOS?

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¿Un mero pasatiempo o una actividad para lograr que un niño esté tranquilo durante un tiempo? Puede que pensemos que un puzle es sólo eso, una actividad lúdica, de mayor o menor dificultad, con la que nuestros hijos se pueden entretener. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. En este sentido, los puzles son unos juegos con los que los niños no sólo pueden pasar un buen rato de ocio, sino que también son perfectos para que, en función de su edad, desarrollen diversas capacidades y habilidades. Alejandra Danés, colaboradora de Colorbaby y profesora de educación infantil y primaria en el Colegio Quercus, detalla qué aportan los puzles en el desarrollo de los niños y nos da unas pautas sobre los diferentes tipos de puzles que existen y qué debemos tener en cuenta a la hora de comprar uno, ya sea por las temáticas, número de piezas, materiales o edad del niño. En definitiva cómo debemos elegir los puzles en función de la edad.

 

 

1- Los puzles ayudan a trabajar la memoria visual y la atención

Cuando un niño tiene que hacer un puzle no sólo debe acordarse del dibujo que tiene que componer, sino que además debe ser capaz de reconocer las piezas y prestar atención a los detalles. Para completarlo correctamente son necesarias la agudeza visual y mental para encontrar las pequeñas diferencias en los colores o formas que presenta la imagen.

Además de trabajar su concentración y memoria visual, puede incluso estar cuidando su salud futura ya que mantienen la mente ágil.

 

2-Ayudan a desarrollar la perseverancia e incrementan la tolerancia a la frustración

Hacer un puzle no es siempre fácil e incluso muchas veces nos exige, tanto a niños como a adultos, poner en práctica grandes dosis de paciencia para no ceder ante el desánimo y el hecho de no conseguir encajar una pieza o de no encontrar la que necesitamos. No sólo paciencia, también constancia y concentración, sobre todo cuando se encuentran dificultades y el primer pensamiento puede ser dejar el puzle para otro día. Ejercitando esas virtudes el niño conseguirá, poco a poco, incrementar su tolerancia a la frustración y aceptar que las cosas, muchas veces, no se consiguen a la primera.

 

3-Activan el pensamiento lógico y promueven la capacidad de análisis de los niños

Para montar un puzle es necesario estudiar las posibles formas de encajar una pieza, es decir, planificar y seguir una estrategia de resolución. Con este paso que de entrada parece algo simple, se activa el pensamiento y el razonamiento lógico.

 

4-Mejoran la motricidad fina y la visión espacial

Coger las piezas y colocarlas en su lugar estimula la coordinación ojo-mano y ayuda a los niños a que, a través del juego, hagan la pinza con los dedos pulgar e índice. Además, un niño que de forma habitual hace puzles adquiere una mayor sensibilidad para trabajar mentalmente con formas y figuras.

 

5-Los puzles relajan y mejoran la autoestima de los niños

Un puzle adecuado a la edad del niño no sólo es una actividad terapéutica que relaja, sino que además es una herramienta estupenda para mejorar su autoestima. Y es que, una vez que el puzle está ya montado, el niño experimenta una gran satisfacción al ver que ha logrado el objetivo. Este sentimiento de orgullo y superación le hará sentirse capaz de hacer otras cosas.

 

6-Fomentan las habilidades sociales y de cooperación

Montar puzzles en familia es una oportunidad para involucrarse en las actividades de los niños y fortalecer los vínculos familiares. Al realizar puzles con amigos o familiares, es necesario comunicarse y cooperar para alcanzar un objetivo común, fomentando así la socialización y el trabajo en equipo.

Desde que John Spilsbury inventó el primer rompecabezas en 1760 (un  mapa con el cual se enseñaba geografía a los niños) los puzles han evolucionado tanto en materiales como en formatos, existiendo actualmente una gran variedad que se adapta a todos los gustos y edades.

Un factor importante a tener en cuenta es el material con el cual están fabricados. Podemos encontrar puzles de plástico, tela, espuma (como las alfombras troqueladas), cartón, magnéticos, de metal, imprimibles… Si bien la madera es el material estrella de los puzles para niños de corta edad, por ser un material cálido, resistente (no se rompe tan fácilmente como el cartón) y que se encuentra en la naturaleza.

Reseñar también que existen muchas opciones de compra de puzles fabricados con principios ecológicos (materiales sostenibles, madera reciclada, tintes vegetales, etc.) y de comercio justo (fair trade).

 

Recomendaciones por franjas de edad

1-2 años

Rompecabezas con un máximo de 4 piezas completas (que tienen un sentido en sí mismas) de gran tamaño y preferiblemente en colores intensos para captar su atención. Pueden ser figuras geométricas, partes del cuerpo, animales… Son muy recomendables los encajables de madera, con piezas que sobresalen por encima del relieve de la base y que tengan un asa o botón de agarre para manipular más fácilmente las piezas. También deben tener una imagen de fondo para facilitarles el emparejamiento.

 

 

 

2-3 años

Encajables que contengan un máximo de 12 piezas que tengan botón de agarre.

Los juegos de cubos apilables cuentan con pocas piezas y podemos encontrarlos en el mercado forrados de tela y, además, algunos modelos emiten sonidos al presionarlos.

Los rompecabezas sensoriales estimulan sus sentidos y captan su atención con facilidad. Podemos encontrar con luz, música, variedad de texturas, etc.

 

 

 

 

3-6 años

Entre 13 y 48 piezas. En esta franja de edad los niños tienden a emplear el método de ensayo y error para resolver los rompecabezas, probando así nuevas ideas.

Son muy adecuados los puzles progresivos con piezas de cartón. Estos juegos contienen varios puzles con diferentes tamaños y número de piezas. De esta forma, los niños pueden hacer puzles incrementando el número de piezas a la vez que disminuye su tamaño. Podemos encontrar en el mercado gran variedad de temáticas para acercarnos a sus intereses.

Tienen también muy buena acogida los bloques de madera con tarjetas para crear diseños y los puzles de paneles gigantes para construir estructuras.

 

 

 

6-9 años

La agilidad mental y la concentración de los niños a esta edad permiten incrementar el número de piezas de los rompecabezas y la complejidad de la imagen que se forma. Las piezas son ya irregulares y sólo tienen sentido si se enlazan correctamente entre sí, llegando a formar composiciones de 400 unidades.

 

 

En esta franja de edad existe ya un abanico muy variado de puzles. Podemos encontrar puzles deslizantes, poliédricos, mosaicos, kataminos y puzzles en 3D o rompecabezas mecánicos. Estos últimos están compuestos por una serie de piezas tridimensionales que se pueden combinar para crear distintas figuras geométricas.

A partir de esta edad, la experiencia y motivación del niño determinarán el número de piezas de los rompecabezas.

Para terminar y, después de todas estas indicaciones que espero sean de ayuda para elegir el puzle más adecuado, aquel que se aproxime más a los gustos y necesidades de cada uno, que suponga un reto y un desafío para quien vaya a realizarlo, no puedo dejar de recordar que, la forma más natural de aprender es jugando.

Así que… A disfrutar de los puzles.

 

BAZAR

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