ESPEJOS

Dice García Márquez entre una de sus enormes frases: “Te quiero sobre todo por lo que tú consigues que yo sea…”, y yo añado… Y por lo que me haces creer y ves que soy…

Anoche me sucedió algo que me hizo reflexionar sobre la transcendencia que tienen el resto sobre nosotros y, sobre todo, nuestro entorno más inmediato.

Son “secuencias” en la vida que de pronto te hacen pensar la importancia de algo que quizás sucede a menudo, pero de pronto caes…

Colgué en el Facebook, ese punto de encuentro que es uno de los mejores inventos, elementos de comunicación e interrelación de personas del siglo XX y  lo que llevamos del XXI, por lo menos para mí está siendo muy importante en el plano personal y profesional… como toda herramienta, claro está que hay que saber  utilizar… Bueno, como decía, anoche colgué una foto que me había hecho la noche anterior en un hotel en Madrid, que curiosamente en este momento de mi vida es una ciudad en tránsito, aunque tengo mi mayor ancla emocional allí, que es mi hijo… pero él va a donde yo vaya… Ya puedo estar en el otro lado del mundo… Y en ese tránsito, de madrugada, después de haber cenado con amigos por el Madrid de los Austrias, con la sensación extraña, precisamente de eso… de estar de paso, en la soledad del hotel… con el calor de los abrazos de hasta luego, de gente que sabes que te quiere y que quieres… pero que despides temporalmente… que vas a tardar en ver en sus rostros la alegría sincera de verte, y en sus miradas el cariño de años inalterable… Pues precisamente por eso y por lo anterior voy a lo que voy… Hice la foto, en la cama sentada, queriendo reflejar ese instante, que siempre es eterno, puesto que pasa a formar parte de lo que soy ya… Y la foto salió tal y como pretendía… O como me sentía… La colgué, como he dicho, y la titulé “Me siento muy Hopper”. Para quien no lo sepa, Hopper es un pintor americano que me apasiona, porque creo que retrata como nadie las soledades. Le gustaba pintar habitaciones de hoteles, o de cualquier lugar, con mujeres en tránsito también… Con maletas cargadas de recuerdos y nostalgias… Me identifico con muchos de los personajes de su grandísima obra… pues una vez que la puse en el Facebook empezaron a hacerme comentarios sobre la mía… Empezó mi gran amiga María, que inmediatamente la compartió y decía algo así… “Mi amiga Cristina sintiéndose personaje Hopper”… y alababa como siempre hace todo lo que hago… María es el mejor espejo/amiga que se puede tener… Aquí es donde quiero explicar lo de los espejos… Cuando alguien te está permanentemente valorando tu trabajo, te dice que guapa estás, lo que vales… etc. etc… Esa persona está haciendo sentir como en realidad uno no se siente para nada… Es todo lo contrario… Creo que al final, cuando personas como María, o una pareja, te motiva sacándote lo mejor de ti… Al final… Lo que consiguen es que te lo creas… Y ser como ellos te ven… Es decir, mejoras en todo… Porque esos amigos/espejo no pueden sentirse defraudados…

También tuve la suerte de tener la opinión de grandes fotógrafos, a los cuales también les agradezco mucho que así la vieran… Todo esto creo que me lleva a una reflexión final que entiendo que es la más importante… Una persona, depende del espejo que tenga enfrente, puede en gran manera crecer y mejorar o, por el contrario, si ese espejo, como hay en algunos caos de la pareja, la otra persona lo único que le dice es que no vale para nada… A la autoestima cada vez se le rebaja más… O a un hijo… le dices permanentemente… No vas a llegar a nada… No tienes ni idea… etc… También se lo acaban creyendo… Y serán como ellos dicen… lo conseguirán… Por ello, entiendo que hay que elegir muy bien el espejo donde mirarse… Y sobre todo… lo que él proyecta de ti… y como dice el gran García Márquez, le querrás más por ello… Hay que cuidarles que no se rompan… Que son frágiles… Cuando encuentres uno así, cuídalo como si fuera una pieza de coleccionista… Y eso sí… que cuando ellos se miren en ti… También se encuentren maravillos@s…

 Cristina López del Hierro