“Tentaciones de Mujer” inaugura la sección “La consulta del Doctor”. A partir de hoy, todos nuestros lectores podrán estar al tanto de los temas de salud que más preocupan a la sociedad, así como plantear preguntas relacionadas con este campo. El doctor Javier Badillos, Jefe de Rehabilitación y Fisioterapia de la Clínica Nafarroa (Barakaldo) y de la Clínica Indautxu (Bilbao), pondrá sobre la mesa temas de actualidad y resolverá las dudas de todos los “pacientes virtuales” que visiten este espacio. El primer tema que plantea este experto es de interés general: ¿Adelgazan o no adelgazan las saunas?
Las saunas son muy populares, sobre todo en invierno, cuando el frío arrecia. Mucha gente, especialmente los deportistas, suelen pasar por la sauna con cierta frecuencia. Se trata de un hábito muy bueno porque ayuda a eliminar toxinas y presenta varias connotaciones saludables. No obstante, en contra de lo que muchos creen, LA SAUNA NO ADELGAZA.
Esta práctica presenta dos fases bien diferenciadas pero intrínsecamente unidas: una de calor y otra de frío. La primera es la clásica parte en la que entra en la cabina que puede estar entre los 80 y 100 grados de temperatura. Ahí permanecemos durante 10 o 15 minutos, según lo habituados que estemos, y sudamos profundamente. Luego al salir es necesario ducharse con agua fría empezando por mojar los pies, nunca la cabeza primero, y paulatinamente todo el cuerpo de abajo arriba, hasta mojar la cabeza también.
Los beneficios de la sauna son numerosos, pudiendo resumirlos en:
• Durante la primera fase de calor el ritmo cardiaco se ralentiza notablemente, los poros de la piel se abren y se elimina unas grandes cantidades de impurezas con el sudor, tanto superficiales como profundas, aliviando así a los órganos internos de su alimentación. La epidermis se limpia y las venas se dilatan ante el efecto de vasodilatación del calor y se pierden muchos líquidos, es una fase de relax agradable.
• La segunda fase, la de ducha fría, es vasoconstrictora, es decir estrecha las venas por el contraste del frío repentino y acelera el ritmo cardiaco de manera notable y muy rápida. Esta es una fase puramente cardiovascular porque son el sistema cardiaco y vascular los que reaccionan acelerando sus latidos y estrechando las venas para hacer llegar la sangre rica en nutrientes y oxígeno hasta el último rincón y célula del cuerpo.
Precisamente la única contraindicación de la sauna se da en las personas con problemas cardacos, para las cuales ese cambio de temperatura y reacción cardiovascular podría suponer un riesgo, sin una preparación previa.
Javier Badillos
Jefe de Rehabilitación y Fisioterapia Clínica Nafarroa (Tel. +34 944 385 022) y Clínica Indautxu (Tel. +34 470 28 29).