Hacer ejercicio es una manera saludable de mantener un equilibrio entre el cuerpo y la mente. Muchas veces nos planteamos al hacer deporte, cuál es la hora del día a la que lo vamos a practicar. Esto suele depender en gran medida del tiempo de que disponemos, bien por motivos laborales o familiares, aunque también hay diferencias entre gustos y manías personales. El doctor Javier Badillos nos cuenta si es o no recomendable practicar deporte en ayunas.
Después de haber pasado toda la noche sin ingerir alimentos, nos encontramos ante un ayuno de unas 8-10 horas. Esto significa que tenemos las reservas de glucógeno bajas, a no ser que la cena de la noche anterior haya sido rica en hidratos de carbono de bajo índice glucémico.
Por las mañanas el cuerpo está más inactivo, con lo cual habrá que realizar un buen calentamiento de forma progresiva para no tener lesiones. Desde el punto de vista fisiológico es mejor correr a la tarde, cuando el cuerpo está más activado. Por el contrario realizar actividad física por las mañanas te proporciona una sensación de bienestar y salud durante todo el día.
Si salimos a realizar una actividad física nada más levantarnos, se debe trabajar a una intensidad baja, debido a que si se utilizan las pocas reservas de hidratos de carbono de las que disponemos, corremos un gran riesgo de sufrir hipoglucemia y desmayo entre otros. Además, durante la noche se produce una mayor liberación de ácidos grasos al torrente sanguíneo, de esta forma, si realizamos una actividad física nada más levantarnos, nos aprovecharemos de esos ácidos grasos libres. Es también recomendable comer una tostada o beber un vaso de zumo antes de la actividad. De esta manera evitaremos las denominadas “pájaras” y tendremos al Sistema Nervioso Central más ocupado. También, durante la actividad es recomendable hidratarse, si es con bebidas isotónicas, mejor.
Respecto a la duración, es menos irrelevante que la intensidad del ejercicio. Si la intensidad es baja, como para poder obtener sustratos mayoritariamente de las grasas, la duración no es un aspecto tan crítico. Aún así, lo ideal es realizar de unos 20 minutos hasta 30-45 minutos, de forma suave. Mucha gente utiliza esta técnica de correr sin comer como medida adelgazante.
También hay que tener en cuenta el efecto rebote que produce, cuando termines, vas a tener mucho más hambre de lo normal y es muy fácil caer en excesos, no sirviendo para nada la sesión de entrenamiento. Un concepto realmente importante es que, para adelgazar no hay que perder exclusivamente grasa, si no, encontrarnos en una balance energético negativo.
Si al final decidimos correr en ayunas, debemos tener en cuenta que está reservado principalmente para gente que ya tiene algo de forma o que está ya acostumbrada a moverse.
Dr. Javier Badillos
Jefe de Rehabilitación y Fisioterapia de Clínica Nafarroa y Clínica Indautxu