Morir no es lo que más duele supone una de las obras de debut más brillantes del thriller en español en los últimos años. Inés Plana ha creado unos protagonistas con volumen y matices —con vida propia—, sujetos a la presión de un caso que los enfrenta con la maldad casi absoluta y con los fantasmas de su propio pasado.
Una trama sorprendente y realista
La trama, situada en 2007, se sustenta en el realismo de una investigación en la que cada pista es fruto del trabajo paciente y no de milagros forenses o tecnológicos. Las sorpresas surgen tanto de la memoria de los personajes, como de la lógica narrativa de unos hechos que se mantuvieron ocultos durante décadas pero que, al destapar la caja emocional que los mantenía encerrados, brotan imparables formando un complejo rompecabezas cuyas piezas acaban encajando a la perfección.
La solitaria y monótona existencia de Sara Azcárraga sufre una trágica sacudida cuando, en un bosque de Uvés, aparece el cadáver colgado de un hombre al que le han arrancado los ojos. La única pista que halla la policía científica en el lugar de los hechos es un papel en el que están anotados el nombre y la dirección de Sara. Ella no sabe quién es el muerto ni por qué llevaba sus señas en el bolsillo.
El teniente de la Guardia Civil Julián Tresser se hace cargo del caso. Le ayuda un novato, el cabo Guillermo Coira, recién destinado a la policía judicial en San Lorenzo de El Escorial. La investigación parece condenada al fracaso. El fallecido, Tomás García Huete, era un gris profesor de literatura de vida regular y metódica; nada en él o en sus actividades explica su asesinato. Solo un correo electrónico, firmado por un enigmático grupo pedagógico, y una vieja fotografía de Tomás con unos amigos en un campamento de verano, en 1973, abren una brecha en aquel —en apariencia— crimen perfecto.
Poco a poco, las pesquisas destapan misterios y mentiras que se remontan a décadas atrás. Una instrucción chapucera y el miedo a la repercusión social taparon entonces un crimen que ahora enfrenta a Tresser con un oscuro episodio de su pasado familiar.
Sobre la autora
Inés Plana Giné nació en Barbastro (Huesca). Es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona y desde el principio desarrolló su carrera profesional en Madrid.
Ha trabajado en diversos medios de prensa escrita y, en el terreno editorial, ha creado y coordinado distintas colecciones de títulos relacionados con la divulgación de la historia y el arte. Actualmente es directora del periódico-magazine Vivir Bien, en la Comuni-dad de Madrid.
Morir no es lo que más duele es su primera novela: trabajó en ella durante 5 años.