En verano exponemos a nuestras joyas a numerosos agentes externos que pueden deteriorarlas. La arena, el cloro o el salitre del mar pueden hacer que se estropeen o pierdan su brillo habitual. La firma de joyas española Vidal&Vidal -nacida en 1998 en Menorca- propone poner en práctica una serie de rutinas que no sólo nos ayudarán a que luzcan como nuevas todos los días, sino a que también estén perfectamente desinfectadas:
1- Seca tus joyas después de mojarlas. Si te duchas, bañas o nadas con ellas te aconsejamos secarlas cuidadosamente antes de guardarlas. Es recomendable mantenerlas en joyeros cubiertos interiormente con tela o cajas con fondo de algodón. Así evitarás su contacto con la humedad, uno de los principales motivos por los que tienden a ennegrecerse. En el caso de Vidal & Vidal nuestras piezas de plata son plata de 1ª ley y contienen un tratamiento antioxidante que evita que se vuelva negra y mantenga el brillo original.
2- Guárdalas en un joyero. A poder ser con cierre hermético y forrado con alguna tela suave, separadas entre sí o en compartimentos, para que no se enreden o rallen y en un lugar seco para preservarlas de la humedad y a salvo de los cambios bruscos de temperatura.
3- Limpia tus joyas con franela y jabón neutro. Evita siempre el contacto con lejías o productos químicos agresivos. Para las piezas chapadas en oro una mezcla de agua tibia y jabón de manos frotando suavemente, ayudará a que recuperen su brillo original. Sumérgelas en esa mezcla durante 30 minutos aproximadamente.
4- Cuida las perlas. Si la pieza tiene perlas te sugerimos evitar su contacto con sales o cloros, así como cosméticos, sudor, perfumes o lacas. Utilizar agua purificada es la mejor opción para limpiarlas de estos agentes irritantes, sumergiéndolas también durante media hora.
5- Cuidado con los perfumes. El perfume, las colonias, cremas o lociones al entrar en contacto directo con las piezas pueden ocasionar una reacción química con el metal y las piedras preciosas. A primera vista suele resultar imperceptible pero con el tiempo el metal se va tornando opaco y la transparencia de las piedras se va perdiendo.
6- El sudor también afecta. EL PH de nuestra piel y el sudor (que contienen cloruro de sodio) también puede afectar a algunas piezas oscureciéndolas.
7- La arena de la playa puede erosionar la pieza. Debemos tener cuidado con el roce continuado con la arena y el suelo para evitar deformar o arañar las piezas.