Un óptimo estado de salud conlleva de atender a varios factores. A saber: una correcta alimentación; ser constante en unos hábitos saludables; cumplimentar revisiones médicas cada cierto tiempo; y practicar ejercicio físico. Este último factor comienza a ser alcanzado por muchas personas mediante unas clases con un entrenador personal, un profesional que siempre nos aconsejará en nuestro beneficio. Y, sí, obviamente, una buena genética también ayuda.
Los beneficios que obtiene el organismo de realizar una actividad física con cierta asiduidad son evidentes. No entraremos en ese desglose, pero sí incidiremos en la forma de completar ese ejercicio físico. No siempre se completan esos ejercicios de la manera más correcta para el organismo, con el consiguiente problema de tener algún percance. El motivo está en forzar en exceso o en el desconocimiento de cómo se completa correctamente esa actividad.
La solución, obviamente, no consiste en desistir, sino en dejarse aconsejar por un profesional de la actividad física. Lo que comúnmente se denomina un entrenador personal. Su protagonismo ha crecido considerablemente en los últimos tiempos debido a diferentes motivos, aunque con un punto común: alcanzar unos objetivos de una manera divertida (se reduce el porcentaje de abandono) y eficaz (se ven resultados físicos) al tiempo que esos ejercicios están configurados a las necesidades y estado físico de cada persona.
¿Y qué factores debemos tener en cuenta al contratar a un entrenador personal?
No hay una respuesta sencilla, sino muchos factores que conjugar antes de decantarse por un determinado profesor especializado en la actividad física. Los veremos a continuación, aunque un comienzo puede ser adentrarse en páginas especializadas como Superprof.mx es una plataforma online que te permite localizar profesores especializados en el entrenamiento personal, así como en otras materias que quizá puedan resultar de interés o especializaciones como entrenadores personales y profesores de fitness.
Esta plataforma, de referencia en el sector, está configurada de una manera muy intuitiva para elegir al mejor preparador físico en función a la actividad en la que ejercitarse, al presupuesto, a la localidad, a los horarios o al nivel físico de cada uno de nosotros. Además, podemos contactar con aquellos profesores que dan clases a domicilio u online. ¡Todo son ventajas! Vayamos, pues, con esos detalles que nos ayudarán a escoger a nuestro entrenador personal a domicilio.
• Profesionales titulados: más allá del aspecto presupuestario, un requisito indispensable está en que esta persona que nos guiará en una educación deportiva ostente una titulación oficial en algunos de los sitios que se reconocen estas enseñanzas. El Centro de Educación Deportiva Profesional (CEDPRO) o la Universidad del Deporte son un ejemplo en México.
• Objetivos personalizados: el disponer de un entrenador personal no sólo consiste en que nos enseñe cómo realizar determinados ejercicios, sino que esos ejercicios sean personalizados al nivel de cada persona y a los objetivos a alcanzar. No deben conseguirse de inmediato, pero sí deben apreciarse mejoras que nos ayudarán a mantener esa constancia. Además, el preparador deberá revisar si esos ejercicios deben cambiarse o no en función de la evolución.
• Comunicación: aparte de unos conocimientos deportivos, todo preparador personal debe tener otras dos cualidades fundamentales: saber escuchar y saber comunicar. De esta manera se conseguirá alcanzar esos resultados deseados. El preparador personal debe adaptarse a la persona, conocer sus necesidades y tratar de solventar sus dudas. La educación, obviamente, desempeña un protagonismo activo.
• Autoestima y autosuficiencia: la práctica de un deporte en la búsqueda de unos objetivos determinados requiere de una gran dosis de constancia. Ese no abandonar el camino es un asunto que recae sobre el preparador físico, que debe siempre encontrar la forma de motivar al alumno; asimismo, debe guiarle en todo momento, pero también debe darle cierta soltura independiente a la hora de realizar algún ejercicio o tomar alguna actividad.
• Experiencia: si partimos de la base de que todo preparador personal tiene su graduación oficial, será el momento de fijarse en los comentarios de otros alumnos, así como las experiencias vividas con ese determinado educador deportivo. Lógicamente, estos profesores con una mayor experiencia disponen de menos horas libres de trabajo para acoger a nuevos alumnos al tiempo que su coste de trabajo por hora será considerablemente más costoso que otros que tengan una menor demanda.
• Personalización: aunque hay cierta relación con lo que indicábamos de ser flexible y adaptarse a cada alumno, el preparador personal también debe asesorar o trazar un plan de entrenamiento en aquellas personas que busquen sus servicios no sólo por disponer de un óptimo estado físico, sino por un tema meramente profesional. Por ejemplo, una persona que desee ser bombero.
En definitiva, esperamos que estos factores te ayuden a elegir a la mejor entrenadora personal a domicilio, aunque, en cualquier caso, ese profesional deberá reunir otra condición indispensable: pasión por su trabajo, por enseñar deporte y por cuidar de las personas. Esa conexión entre ambos hará posible alcanzar esos objetivos marcados y disponer de una excelente salud.